La Subyugación de los Nueve Mundos fue un conflicto orquestado por el Rey Odín de Asgard en un intento por conquistar a los Nueve Mundos y establecer el Imperio Asgardiano.
Antecedentes[]
Después de que el Rey Bor perdiera su vida en una batalla, su hijo Odín ascendió al trono y se convirtió en el gobernante de Asgard.[1] Odín más tarde tuvo a su primera hija, Hela, a quien puso bajo un fuerte entrenamiento desde su niñez esperando convertirla en una formidable guerrera.[2]
Subyugación[]
Hela y su padre Odín comenzaron a librar guerras en los otros reinos, ya que querían tener el control sobre éstos. A través de los siglos, Hela y Odín, junto a Fenris y los Berserkers, lideraron un ejército y expandieron la influencia de Asgard en una guerra contra los otros reinos del Yggdrasil, el cual dio como resultado la creación del imperio asgardiano.[2]
Consecuencias[]
Odín, a pesar de sus ambiciones de conquistar más mundos, se dio cuenta que la única manera de tener paz en el universo era unir a los Nueve Mundos. Odín puso fin a las campañas expansionistas de Asgard, pero Hela, sin embargo, no de acuerdo con su padre, trató de tomar el trono por la fuerza en un sangriento intento de golpe de Estado en el que mató a todos en el Palacio Real de Valaskjalf, excepto al propio Odín, quien logró dominarla.Odín más tarde consideró a Hela como un obstáculo para traer paz en los cosmos ya que ella ambiciosamente quería conquistar y controlar a más reinos. Luego de haber masacrado a todos en el Palacio de Asgard, Odín se enfrascó en un duelo con su hija mayor, durante el cual la derrotó. Sin embargo, se dio cuenta de que no podía matarla y tomó la decisión de desterrarla en Hel durante un milenio.
Aunque Odín logró encarcelarla, Hela intentó escapar del lugar en muchas ocasiones usando diferentes métodos. Para detenerla, él envió a las legendarias guerreras llamadas Valquirias para luchar contra ella. Después de que ella masacrara a todas las Valquirias, con excepción de Brunnhilde, Odín se encargó él mismo de ir hasta Hel y luchar contra ella por segunda vez resultando una vez más victorioso. Odín usó su vida como una manera de encarcelarla, asegurándose de que ella nunca fuese liberada hasta que él muriera.[2]