- "Usted está a su servicio. Le dio estas instalaciones para compensar sus heridas."
"Mejor dígalo como es. Exilio. Ya no reflejo su imagen de perfección aria." - ―Schneider y Johann Schmidt
La Sede central de HYDRA fue una base militar estratégica en la década de 1940, construida en una profunda excavación realizada en una montaña de los Alpes suizos, que sirvió como la fortaleza principal de HYDRA durante la Segunda Guerra Mundial. La base también tenía un gigantesco hangar, en el cual fue construida y desplegada la Valquiria.
Historia[]
Escondite de Johann Schmidt[]
La Sede central de HYDRA fue construida poco después del surgimiento de la Alemania Nazi, en las profundidades de una montaña ubicada en los Alpes suizos. Ubicada a 150 metros por debajo de la superficie, la sede era casi impenetrable e indetectable.[1]
En 1940, Johann Schmidt probó el Suero del Súper Soldado de Abraham Erskine en sí mismo. Aunque la sustancia lo hizo más fuerte, el rostro de Schmidt quedó desfigurado, por lo que incluso sus aliados comenzaron a llamarlo Red Skull.[2] En retribución por haber perjudicado su apariencia en busca del triunfo de la Alemenia Nazi, Adolf Hitler le dio esta base a Schmidt, quien la convirtió en la Sede central de HYDRA. Allí, los mejores científicos de HYDRA trabajaron en el desarrollo de nuevas armas para el Tercer Reich, sin embargo, Schmidt siguió considerando la base un escondite donde vivir exiliado en lugar de una instalación para trabajar.[1]
Desarrollando el arsenal de HYDRA[]
En 1942, Johann Schmidt llegó a la Sede central de HYDRA con el Teseracto en sus manos, un objeto de poder ilimitado que encontró en Noruega, y le ordenó al principal científico de HYDRA, Arnim Zola, utilizar un dispositivo para aprovechar la energía del cubo. Schmidt colocó el Teseracto dentro de la máquina, y Zola comenzó a transferir lentamente la energía de éste a las celdas de la batería. Sin embargo, Schmidt no estaba dispuesto a esperar a que Zola hiciera todo de la manera más segura, así que él mismo manipuló la transferencia a mitad de camino y logró hacer una transferencia completamente estable para impulsar los diseños científicos avanzados de Zola.
Tiempo después, Schmidt estaba posando para un retrato cuando Zola llegó a su oficina para preguntar qué planeaba hacer con Abraham Erskine, a quien habían descubierto viviendo en Estados Unidos. Como Zola estaba seguro de que Erskine no lograría reproducir el Suero del Súper Soldado para dárselo a los aliados, consideró que matarlo era innecesario, pero Schmidt no estuvo de acuerdo y le informó que un mensaje con la misión de asesinar a Erskine ya había sido emitido, dado que él era la única posibilidad de que los enemigos obtuvieran el suero.
En 1943, Adolf Hitler envió a Hutter, Roeder y Schneider a la Sede central de HYDRA para supervisar los labores de Schmidt, ya que éste no había abastecido al ejército alemán de armamento avanzado como había prometido. Schmidt, considerándose exiliado en sus propias instalaciones, invitó a los oficiales a revisar su trabajo. A medida que Schmidt explicaba cuáles eran sus intenciones, los tres comenzaron a mofarse de él, ya que lo tildaron de loco por creer que sus avanzados estudios eran simples historias de magia. Schmidt activó un prototipo de cañón que funcionaba con la energía del Teseracto mientras aseguraba que HYDRA en poco tiempo tendría el mayor arsenal armamentístico del mundo. Cuando ellos descubrieron que HYDRA tenía como objetivo destruir Berlín, dedujeron que Schmidt planeaba derrocar a Hitler, pero antes de que pudieran hacer algo, éste los evaporizó con el cañón que había preparado en frente de ellos, rompiendo así las relaciones de HYDRA con el Tercer Reich. Zola y otros científicos presenciaron estos eventos y juraron su lealtad a HYDRA en voz alta.
Los subordinados de Schmidt construyeron una pista de aterrizaje gigante en la base, cerca del lugar donde se estaba construyendo la Valquiria, un gigantesco súperbombardero cuyas partes y armamento habían sido hechas en las varias fábricas de HYDRA a lo largo de toda Europa. Todas estas piezas fueron llevadas a la sede, donde finalmente de ensamblaron y el avión quedó a la espera de ser utilizado para destruir en pocas horas las principales ciudades de los Estados Unidos.[1]
Ataque a la sede central de HYDRA[]
Al día siguiente, Steven Rogers dirigió un ataque a las instalaciones. Inicialmente, Rogers llegó a la base en su motocicleta y burló el perímetro, logró noquear a varios guardias e incluso destruyó un mini tanque de HYDRA, justo antes de ser rodeado por varios soldados que tenían lanzallamas.
Rogers fue llevado con Johann Schmidt, quien quedó sorprendido por el descaro de Rogers al venir a atacar su base él solo. Mirando a su rival en menos, Schmidt le preguntó qué había visto Abraham Erskine en él para darle la forma perfecta del Suero del Súper Soldado, a lo que Rogers contestó humildemente que solo era un chico de Brooklyn.
Enfurecido, Shcmidt golpeó y dejó de rodillas a Rogers, quien afirmó que podría seguir resistiendo todo el día. Schmidt aseguró que él también podría hacerlo, pero que desgraciadamente tenía cosas más importantes que hacer; acto seguido, se preparó para ejecutar a Rogers. En ese momento, Schmidt notó que los Comandos Aulladores estaban a punto de entrar a su estudio por la ventana principal y no tardó en deducir que habían más refuerzos esperando. El caos que se generó por la llegada de los Comandos, le dio a Rogers el tiempo suficiente para librarse de sus captores, y Schmidt decidió escapar para alcanza a cumplir sus planes.
El ejército de los Estados Unidos, liderado por Chester Phillips, comenzó un ataque a gran escala sobre la base, matando a muchos miembros de HYDRA. Mientras tanto, Rogers persiguió a Schmidt, pero fue interceptado por otro soldado que portaba un lanzallamas. Margaret Carter, quien también llegó a apoyar el ataque, atacó al soldado e hizo explotar su arma, despejando el camino de Rogers.
Schmidt abordó la Valquiria y puso en marcha sus motores para abandonar la sede central de HYDRA, estando seguro de que sus hombres no resistirían. Rogers también intentó llegar al avión, pero cuando este pareció quedar fuera de su alcance, Phillips y Carter llegaron con el automóvil de Schmidt para ayudarlo a alcanzar al enemigo. Si bien Schmidt llevaba la delantera, Phillips activó la máxima potencia del vehículo, alcanzando la velocidad necesaria para quedar justo atrás de las ruedas de la aeronave. Rogers se despidió de Carter y saltó hacia la Valquiria, justo antes de que Phillips virara la dirección del vehículo para evitar caer por un acantilado
La base fue finalmente capturada, y Phillips, Carter y James Morita se quedaron en la torre de control en un intento de hacer contacto con Rogers, quien se encontraba a bordo de la Valquiria. Eventualmente, Rogers hizo contacto con la base e informó que Schmidt había muerto, señalando el delicado estado de la nave y el hecho de que si no hacía algo pronto, la Ciudad de Nueva York sería destruida. Para salvar las innumerables vidas de los civiles, Rogers le reveló a Carter que su plan era estrellar el avión en el océano, razón por la que la pareja conversó sobre los planes que nunca podrían realizar hasta que la transmisión se detuvo, con Carter llorando por el aparente sacrificio de Rogers.[1]