Las Baterías Anulax están entre las fuentes de energía más poderosas en el universo y son muy costosas, con un valor de miles de unidades cada batería. Los soberanos la utilizan como generador de energía en su planeta, y los Guardianes de la Galaxia las utilizaron para destruir a Ego.
Historia[]
Poco después de la Batalla de Xandar, Nebula intentó robar algunas baterías a los soberanos, pero fue capturada por las fuerzas de seguridad. Ayesha, Suma Sacerdotisa del pueblo soberano, contactó a los Guardianes de la Galaxia y les ofreció entregarles a Nebula a cambio de que se encargaran de una bestia interdimensional que se alimentaba de las baterías.
Durante la batalla, Rocket robó algunas de las baterías. Los soberanos luego se dieron cuenta del robo, y enviaron drones de guerra tras el Milano para recuperarlas. Ayesha cuestionó la demora, y su Almirante señaló que si las baterías explotaban, podrían destruir la flota entera de drones. De todas formas, los soberanos fueron derrotados y Ayesha contrató a Yondu Udonta para capturar a los Guardianes y recuperar las baterías, ofreciendo pagar un millón de unidades.
Yondu y sus Devastadores consiguieron atrapar a Rocket y Groot con las baterías. Pero Yondu no estaba seguro de entregar a los Guardianes por miedo a represalias de los Nova Corps, y propuso en su lugar vender las baterías por un cuarto del valor de la recompensa ofrecida por Ayesha. Esto provocó un motín dentro de los Devastadores, con Taserface tomando el liderazgo.
Durante la Batalla en el Planeta de Ego, Rocket utilizó las baterías para fabricar una bomba con el fin de destruir a Ego. Groot llevó la bomba hasta el núcleo de Ego, destruyéndolo tras la detonación.[1]