La Batalla de Babilonia fue un conflicto que tuvo lugar en la antigua ciudad mesopotámica de Babilonia durante el Imperio Neobabilónico. Se libró entre los Eternos y un enjambre de Desviantes liderados por Enkidu, quienes se aprovecharon de la ciudad debido a su continua expansión y desarrollo.
Antecedentes[]
- "Continuamos protegiendo Babilonia de los Desviantes. Han llegado más personas en busca de refugio. Ahora es la ciudad más grande de la Tierra."
- ―Ajak a Arishem
En la historia temprana de la Tierra, el planeta fue elegido por Arishem para albergar la semilla de un futuro Celestial, Tiamut. Arishem envió a los Desviantes a la Tierra para eliminar a los depredadores del ápice y asegurar el surgimiento de vida inteligente, pero éstos evolucionaron y se convirtieron en depredadores, matando así a los humanos y retrasando el nacimiento de Tiamut.
Por lo tanto, Arishem, envió un grupo de diez Eternos para cazar a los Desviantes y ayudar a la humanidad a lograr el proceso tecnológico. En el siglo VI a.C., los Eternos dirigidos por Ajak residían en la ciudad de Babilonia, que se había convertido en una de las ciudades más grandes de la Tierra debido a su protección y asistencia. La ciudad era notablemente conocida por su Puerta de Istar, que había sido construida bajo el mando del rey Nabucodonosor II. Debido a su influencia, la ciudad fue atacada por los Desviantes.[1]
Batalla[]
- "No tengas miedo."
- ―Ikaris a Niña
En el año 575 a.C., un grupo de Desviantes liderados por Enkidu atacó Babilonia y a varios de sus habitantes presentes fuera de los muros de la Puerta de Istar. Afortunadamente, los humanos fueron rescatados por los Eternos guerreros. Durante la batalla, Thena cortó notablemente a un Desviante, lo que provocó que Kingo se quejara porque había estado apuntando a la misma criatura, aunque éste rápidamente encontró otro Desviante para atacar con sus balas de energía. Mientras tanto, Ikaris protegió a una niña de un Desviante aracnoideo, cortándole la pierna con sus rayos ópticos antes de que éste fuera estrellado contra una pared y golpeado repetidamente por Makkari usando su velocidad.
En la Puerta de Istar, Gilgamesh instruyó a los babilonios para que se refugiaran dentro de los muros de la ciudad, antes de enfrentarse al mismo Enkidu, golpeándolo con su fuerza sobrehumana que hizo que retrocediera a las paredes de la Puerta. El Desviante luego pateó a Gilgamesh, antes de que Makari lo rescate mientras todos los demás Eternos atacaban a Enkidu. Acto seguido, Ikaris y Kingo usaron sus ataques de energía contra Enkidu, mientras Gilgamesh arrojaba a Thena sobre el Desviante para que ésta le cortara uno de sus cuernos. Luego, el Desviante fue golpeado en el costado por Makkari. Acto seguido, Gilgamesh regresó para dar un golpe final que arrojó a Enkidu contra la pared. Cuando Gilgamesh le dio la espalda, el Desviante emergió una vez más, provocando que Gilgamesh lo golpee violentamente por última vez, matándolo para siempre.[1]
Consecuencias[]
Para celebrar la victoria de los Eternos, se llevó a cabo una fiesta a la que todos los Eternos, a excepción de Phastos, asistieron, mientras Thena continuaba patrullando la ciudad para asegurarse de que los Desviantes no regresaran. Durante la celebración, Sprite lanzó ilusiones que relataban los eventos de la batalla, que algún día se traducirían en la Epopeya de Gilgamesh. Gracias a los Eternos, Babilonia pudo continuar prosperando, convirtiéndose en un hito cultural de la civilización durante muchos años, lo que permitió a los humanos continuar su camino de avance tecnológico.[1]