El Ataque en Jotunheim fue un intento fallido emprendido por Thor para atacar a Laufey, después de que los Gigantes de Hielo irrumpieran en la Cámara de Odín y trataran de hurtar el Cofre de los Antiguos Inviernos.
Antecedentes
En el 965 d.C., los asgardianos lucharon contra los Gigantes de Hielo en Jotunheim durante la Guerra entre Asgard y Jotunheim, y finalmente ganaron la batalla. Odín hizo una tregua con Laufey, el rey de los Gigantes de Hielo, y confiscó el Cofre de los Antiguos Inviernos. Odín también se llevó al hijo de Laufey, un bebé abandonado que adoptó y nombró, Loki.
Durante la coronación de Thor en 2010, los Gigantes de Hielo aparentemente rompieron la tregua entre Asgard y Jotunheim al irrumpir en la Cámara de Odín en un intento de robar el Cofre de los Antiguos Inviernos, sin embargo, Odín logró descubrir la presencia de estos agresores y envió al Destructor a asesinarlos antes de que pudieran huír. Al ver la violenta reacción de Thor frente a un pequeño e insignificante robo frustrado, Odín decidió aplazar su coronación y le recalcó que él seguía siendo el Rey de Asgard. Más tarde, Thor, enfurecido porque su mejor día había sido arruinado, juró vengarse de Jotunheim y se reunió a Loki, los Tres Guerreros y Sif para que lo acompañaran a Jotunheim en busca de respuestas. Antes de marcharse, Thor le pidió a Heimdall que mantuviera en secreto su salida hasta que regresaran.[1]
Ataque
Al llegar a Jotunheim, los asgardianos caminaron por las tierras desoladas y heladas del planeta sin encontrarse con ningún enemigo. Al aceracrse a un templo, fueron confrontados por Laufey, el rey de los Gigantes de Hielo. Aunque se sintió desafiado al ver que un puñado de asgardianos habían venido a hablar con él, Laufey demostró estar dispuesto a dejarlos ir en paz, declarando que las consecuencias de una batalla entre Asgard y Jotunheim serían demasiado graves. Loki instó a Thor a aceptar la misericordiosa oferta, ya que estaban rodeados de enemigos que los superaban en número. A pesar de que Thor en primera instancia aceptó la propuesta y decidió marcharse, justo después de que se girara, un Gigante de Hielo se burló de él y Thor lo mató con el Mjolnir, haciendo que todos los gigantes presentes se volvieran hostiles.
Durante la batalla entre los asgardianos y los Gigantes de Hielo, Thor demostró divertirse masacrando a varios de sus enemigos fácilmente, sin embargo, sus amigos demostraron verse en aprietos constantemente. Cuando uno de los gigantes tocó el brazo de Volstagg, éste le advirtió a los demás que no permitieran ser tocados ya que les causarían heridas, sin embargo, Loki fue agarrado por uno de los gigantes y para sorpresa de ambos, su piel se tornó azul por un breve momento. Cuando Fandral fue atravesado por una lanza de hielo, Sif decidió retirarse mientras Thor seguía luchando contra los Gigantes de Hielo.
Mientras los asgardianos huían, Laufey convocó a una bestia helada para que los persiguiera. Al ver esto, Thor lanzó un rayo que hizo que varias partes del campo de batalla colapsaran, acabando así con todos los gigantes que lo rodeaban. No obstante, la bestia logró mantenerse en el suelo con sus garras y siguió persiguiendo a los amigos de Thor. Cuando llegaron al borde de un acantilado, la bestia emergió frente a ellos, sólo para ser asesinada por Thor, quien voló directamente hacia su boca y le atravesó la garganta, asesinándola instantáneamente. Cuando Thor se sintió orgulloso de acabar con la bestia, se giró para ver a sus amigos y descubrió que él y ellos habían sido rodeados por un ejército de Gigantes de hielo sin escapatoria, ya que Heimdall les había advertido que no abriría el Puente Bifrost ante un peligro como ese.
Cuando los gigantes comenzaron a acercarse a los asgardianos, Odin llegó a Jotunheim montado en Sleipnir, e intentó negociar una tregua con Laufey, afirmando que las tontas acciones de Thor debían tomarse como tal. Laufey se negó a perdonar tal ofensa y creó una daga de hielo para apuñalar a Odín, quien logró preveer el ataque y abandonó el mundo de sus enemigos junto a sus aliados al invocar el portal Bifrost con el Gungnir.[1]
Consecuencias
Al regresar a Asgard, Odín estaba enfurecido con Thor, ya que sus acciones en Jotunheim causaron el inicio de una guerra que él había estado evitando durante siglos. Mientras discutían, Odín reprendió a Thor por ser egoísta, ambicioso, y mientras le reprochaba su mala actitud, Thor le gritó que era un anciano tonto. Al ver que la actitud de Thor no cambiaría, Odín lo despojó de sus poderes, del Mjolnir y lo desterró a la Tierra para evitar que su inmadurez lo sobrepasara.
Más tarde, Loki le reveló a sus amigos que le había informado a un guardia de su viaje a Jotunheim, quien a su vez se lo contó a Odin. Después de una pequeña discusión con los Tres Guerreros, Loki comenzó a tener dudas acerca de su origen, debido a que Volstagg había sido sufrido quemaduras al ser tocado por un Gigante de Hielo, pero él no. Finalmente Loki descubrió que era un Gigante de Hielo y Odín le confesó que en realidad era el hijo de Laufey. Ante tal revelación, Loki se enfureció con Odín y lo confrontó por haberle mentido durante toda su vida. Sin embargo, Odín no fue capaz de soportar el odio de su hijo e involuntariamente cayó en el Sueño de Odín.[1]
