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El Arma sónica es un arma antipersonal no letal de mano desarrollada por Industrias Stark. Está diseñado para incapacitar a un enemigo paralizándolo mediante la exposición a una frecuencia sónica específica. Era uno de los artículos favoritos de Obadiah Stane y uno que lleva consigo en la mayoría de las situaciones.

Historia[]

La tecnología del Arma sónica fue desarrollada por Industrias Stark en algún momento de los años antes de la captura de Anthony Stark en Afganistán. La tecnología en sí fue desaprobada por el gobierno y nunca aprobada para la producción, pero Obadiah Stane decidió aferrarse a un modelo funcional para sus propios usos inmorales.

Durante un viaje a Afganistán para reunirse con el comandante de los Diez Anillos, Raza, después de que no pudieron asesinar a Stark de acuerdo con su trato, Raza comenzó a negociar con Stane para darle el prototipo de armadura de Stark a cambio de darle a Raza un ejército de soldados con armadura similar, pero el traje había sido diseñado al revés. Sin embargo, Stane usó su Arma sónica para paralizar a Raza y se burló de él antes de ordenar a su grupo de mercenarios contratados que tomaran el prototipo de armadura y mataran a Raza y al resto de la celda de los Diez Anillos.

Stane una vez más usó el Arma sónica para paralizar a Stark y robar el Reactor Arc de su pecho, con el fin de alimentar la nueva Armadura de Iron Monger de Stane. Después de burlarse de Stark, Stane lo dejó morir lentamente mientras la metralla puede moverse libremente a través de su cuerpo paralizado. Sin embargo, Stark apenas pudo moverse lo suficiente para alcanzar un Reactor Arc de reemplazo a tiempo.[1]

Capacidades[]

El Arma sónica está diseñada para ser un pequeño dispositivo de mano capaz de caber en el bolsillo y parecer discreto. También viene con un par de auriculares especiales diseñados para filtrar la frecuencia sónica para que el usuario no se vea afectado al usar el dispositivo.

El dispositivo emite una frecuencia sónica de tono alto que ataca el sistema auditivo del enemigo, sobrecarga su sistema nervioso y hace que todo su cuerpo se bloquee y paralice. Los efectos duran quince minutos, después de los cuales comenzará a desaparecer lentamente. Durante este tiempo, las personas que se ven afectadas se ponen pálidas, tienen tensión visible en los vasos sanguíneos y el sistema circulatorio, e incluso pueden tener problemas para respirar. En este estado, son completamente incapaces de moverse y están completamente a merced del usuario del dispositivo.

A pesar de estar diseñadas para ser armas no letales, los síntomas en las víctimas sugieren que la exposición prolongada podría terminar matando a la víctima incapacitada.

Trivia[]

Referencias[]

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