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"Todos creen que soy algo que nunca fui. Y cada día... me cuesta más trabajo vivir con eso."
―Jack Thompson a Margaret Carter[fnt.]

Jack Thompson es un Teniente condecorado de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos que luchó durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en un héroe a pesar de ocultar un oscuro secreto acerca de su servicio. Cuando la guerra terminó, Thompson se unió a la Reserva Científica Estratégica y en 1946, ayudó a buscar a Howard Stark, quien fue acusado de venderle armamento avanzado a países enemigos de los Estados Unidos. Poco después de que Roger Dooley se viera obligado a sacrificarse, Thompson, Margaret Carter y Daniel Sousa lograron detener y arrestar a Johann Fennhoff.

Más adelante, Thompson fue nombrado Jefe de la Oficina de la SSR en la Ciudad de Nueva York, pero su lealtad se puso a prueba cuando Vernon Masters le ofreció un puesto de alto rango en el FBI a cambio de ayudarlo a desmantelar la SSR. Eventualmente, Thompson accedió a apoyarlo, pero cuando descubrió que Masters estaba coludido con Agnes Cully en Los Ángeles, ayudó a Margaret Carter a detenerlos y llevarlos ante la justicia. Antes de que Thompson regresara a Nueva York, Michael Carter llegó a su habitación de hotel, le disparó y lo abandonó mientras se desangraba.

Biografía[]

Vida temprana[]

Universidad[]

Jack Thompson fue a la Universidad Cornel, donde cada año junto a sus amigos participaba en una pelea de bar en la que siempre acababa fracturándose una parte del cuerpo, ya fuera su nariz o su mandíbula.[1]

Segunda Guerra Mundial[]

"Los soldados que entraron a mi campamento en Okinawa, a los que maté. Iban a rendirse. Pero no me di cuenta hasta que era muy tarde. Enterré la bandera antes de que la vieran."
―Jack Thompson a Margaret Carter[fnt.]

Durante la Segunda Guerra Mundial, Thompson fue parte de la invasión de Iwo Jima, el primer ataque de los Estados Unidos contra territorio japonés. Según Daniel Sousa, la simpatía y la personalidad de Thompson murieron allí debido a las traumáticas experiencias.

Más adelante, en plena guerra, Thompson estuvo involucrado en una operación militar en la isla Tsuken en Okinawa, Japón.[2] Mientras hacía guardia, Thompson notó que un grupo de soldados japoneses llegó a su campamento, sin embargo, los mató a todos justo antes de notar que traían una bandera blanca y venían a rendirse. Antes de que alguien más notara su error, Thompson enterró la bandera para deshacerse de ella. Finalmente, recibió la Cruz de la Armada por su "honorable" servicio en Okinawa.[3]

En 1946, Thompson estaba cesante y necesitaba un empleo, por lo que un amigo de su padre, Vernon Masters, decidió ayudarlo a conseguir trabajo. Viendo a Thompson como un héroe, Masters usó sus influencias y logró hacer que se uniera a la Reserva Científica Estratégica, siendo asignado a la sucursal de la Ciudad de Nueva York.[4]

Investigador principal[]

"Carter, voy a estar algo ocupado con tu amigo Stark, si no te importa, hay que llenar estos reportes de vigilancia... y tu eres mucho mejor en este tipo de cosas."
"¿Qué cosa es eso, agente Thompson? ¿El alfabeto? Puedo enseñarle, empecemos con palabras que empiezan con 'A'."
―Jack Thompson y Margaret Carter[fnt.]

Cuando Howard Stark desapareció antes de ir a una audiencia en el Congreso sobre el armamento y tecnología que apareció en el extranjero, Thompson fue designado por Roger Dooley como investigador principal. Su primera orden del día fue tener las finanzas de Stark congeladas y tener sus principales residencias vigiladas. Thompson tenía poco y casi ningún respeto por uno de sus compañeros agentes, Margaret Carter, ya que consideraba que ser un agente de Reserva Científica Estratégica era un trabajo para hombres. Él le pidió a Carter hacer el trabajo de la presentación para él, a lo que ella le preguntó en tono burlón si tenía problemas con el alfabeto.

Thompson junto a los agentes Ray Krzeminski y Yauch, decidieron ir a La Martinique para ver si el vendedor del mercado negro Spider Raymond tenía información sobre la tecnología robada de Stark. Carter se enteró por medio de Daniel Sousa que Thompson estaba teniendo una reunión sobre una misión, así quer fingió servir café en la sala de reuniones para saber de qué hablaban y pidió el día libre con el fin de espiar por su cuenta.

Thompson, Krzeminski y Yauch finalmente llegaron a La Martinique, donde pudieron entrar a pesar de la negativa de los guardias de seguirdad, quienes los reconocieron como policías. Tras pasar un rato en el salón de de baile del lugar, Thompson y compañía entraron en la oficina de Raymond, pero lo hallaron muerto. Si bien Thompson ordenó cerrar todo el lugar, el asesino ya se había ido. Al día siguiente, Thompson logró hablar con el único guardia que había visto quien fue la última persona en ver a Raymond con vida, enterándose de que una mujer rubia estaba involucrada en el asesinato. En busca de más información, Thompson se contactó con un fotógrafo del club y le pidió prestada la cámara para ver si en alguna fotografía se veía el rostro de la mujer que buscaban.[2]

Interrogando a Miles Van Ert[]

"Pueden amenazarme tanto como quieran, pero no hablaré."
"No vine a hacerlo hablar, Miles. Vine a hacerlo cantar."
Miles Van Ert y Jack Thompson[fnt.]

Cuando llegó un informe de que la Refinería Roxxon había desparecido después de una explosión, Thompson y Ray Krzeminski fueron acompañados por el jefe Roger Dooley para investigar. Tras que los restos del edificio llegaran a la Oficina de la Compañía Bell de Nueva York, Dooley le pidió a Krzeminski desmantelarlos y buscar evidencia, mientras que él iría con Thompson a la Sede central de Roxxon Corporation.

El dúo se reunió con Hugh Jones, el Director General de Roxxon Corporation para averiguar lo que sabía acerca de la implosión. Tras una breve conversación, Thompson fue asignado a escanear a los empleados de Roxxon Corporation. Como esta tarea requería de alguien para escanear a las chicas, Thompson se ofreció a hacerlo, pero Dooley le dijo que no sería adecuado, optando por llamar a Margaret Carter para pedir ayuda.

Al escanear a Miles Van Ert, el resultado arrojó negativo; sin embargo, Carter sabía que Van Ert estuvo en la refinería la noche que implosionó, por lo que sugirió que el vestuario de los empleados también debería ser escaneado. Van Ert se puso nervioso y salió corriendo, por lo que Thompson y Dooley empezaron a perseguirlo. A medida que iban por un corredor cercano al vestíbulo, Carter se cruzó en el camino de Van Ert y lo derribó, permitiéndole a Thompson esposarlo.

En la Oficina de la Compañía Bell de Nueva York, Van Ert se mantuvo en silencio a pesar de la buena forma en que Dooley le pidió colaborar con ellos, por lo que éste se retiró de la sala de interrogación. Estando a solas, Van Ert le aseguró a Thompson que no cedería a hablar con él, no obstante, Thompson le respondió que su intención real era hacerlo cantar en lugar de hablar. Al ponerle a Van Ert un palo de madera en la boca, Thompson comenzó a golpearlo hasta hacerlo ceder, obteniendo de este un simple nombre, Leet Brannis. Gracias a que Daniel Sousa averiguó que el conductor de la camioneta de lácteos Daisy Clover se llamaba Sheldon McFee, Dooley dedujo que este podría ayudarlos a encontrar a Brannis.

De camino a la casa de McFee, Thompson y Dooley lo vieron a él vagando en el campo mientras estaba atado a una silla, así que lo subieron al auto con ellos. Después de ver una ola de luz cegadora, Thompson y Dooley llamaron a Krzeminski y Sousa para ir a investigar. Al llegar al foco de la explosión, los agentes vieron que Brannis yacía muerto en el piso, deduciendo que alguien también seguía sus pistas y se les estaba adelantando.[5]

Interrogando a Edwin Jarvis[]

"Deje a mi esposa fuera de esto."
"Usted la metió en esto cuando rompió la ley con su jefe. Usted paga, ella paga."
Edwin Jarvis y Jack Thompson[fnt.]

Debido a un tatuaje que Leet Brannis tenía en el pecho, Thompsons se enteró de que éste era miembro de las Fuerzas Armadas Soviéticas y que de acuerdo a sus registros había muerto hace dos años. Ante la interrogante, Roger Dooley le encargó averiguar más sobre el cuerpo encontrado. Después de que Ray Krzeminski encontrara una matrícula y un parachoque de auto en los restos de la Refinería Roxxon, Daniel Sousa le informó a sus colegas que el vehículo estaba a nombre de Howard Stark.

Thompson y Sousa visitaron la Mansión de Howard Stark y le consultaron a Edwin Jarvis si sabía algo sobre un Fleetmaster. Cuando Jarvis afirmó que, efectivamente, había declarado el auto como perdido ante el Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York hacía unos días, intentó despedirse de los agentes. Manteniéndose firme, Thompson le informó a Jarvis que el parachoques del auto perdido de Stark había sido encontrado en una escena del crimen, así que lo invitó de manera amable a acompañarlos a la estación.

Antes del interrogatorio, Thompson le dijo a Jarvis que tardarían mucho en hallar el expediente sobre el reporte del robo, indicándole que sin eso, cualquier coartada no sería admisible. Sin que Jarvis lo supiera, Thompson y Dooley sí tenían el reporte, pero le ocultaron esa información para forzarlo a delatar a Stark. Durante el interrogatorio, Thompson puso sobre la mesa las fotos de Brannis y Sasha Demidov, sin embargo, Jarvis le contestó que no los conocía y lo felicitó por encontrar a los ladrones del auto de su jefe. A pesar de los mejores esfuerzos de Thompson por inculpar a Stark y hacer que Jarvis confirmara crímenes, él se mantuvo calmado y defendió tanto su inocencia como la de Stark.

Eventualmente, Thompson destacó lo listo y leal que era Jarvis, poniendo en duda su verdadero forma de ser al sacar el tema de que había sido acusado por traicionar a las Fuerzas Armadas Británicas. Tras haber enumerado los problemas que Stark le había solucionado a Jarvis, Thompson comenzó a insinuar que debido a la baja deshonrosa del ejército, tal vez podría llamar a la gente de la oficina de inmigración. Finalmente, Thompson le preguntó a Jarvis cómo se sentiría diciéndole a Ana que los deportarían y lo perderían todo, sabiendo que esa era la única manera de quebrar su convicción. Habiendo puesto las opciones sobre la mesa, Thompson dejó a Jarvis pensando y salió del interrogatorio para ir a tomar un café.

En el pasillo de la oficina, Thompson fue felicitado por Sousa y Dooley, con éste último alentándolo a seguir amenazando con la deportación de la esposa de Jarvis. Cuando Thompson abrió la puerta del salón para presentar a Jarvis y Dooley, Margaret Carter llegó también, le avisó en voz alta a su jefe que de manera accidental tomó el reporte del auto perdido y se lo devolvió. En ese momento, Thompson y Dooley notaron que Jarvis se había enterado de que no tenían ninguna prueba para seguir reteniéndolo y se marchó, dejando inconcluso el interrogatorio.

Thompson estuvo presente en la oficina de Dooley cuando reprendió a Carter por haber estropeado el plan que tenían. Aunque ella se disculpó con Thompson a regañadientes, él aseguró que eso no bastaría para enmendar el terrible error.[6]

Perdiendo un amigo[]

"¿Cómo fue que pasó?"
"Fue un profesional. Él y nuestro único testigo. Probablemente nos vio en escena."
Margaret Carter y Jack Thompson[fnt.]

Más tarde, después de que Thompson saliera, Daniel Sousa recibió una llamada anónima que los llevó a las armas robadas de Howard Stark. Thompson y Roger Dooley llegaron al muelle del hallazgo y supervisaron que todas las cajas fueran cargadas en un camión para requisarlas. Antes de que todos se marcharan, Thompson regresó en el camión a la Oficina de la Compañía Bell de Nueva York y Ray Krzeminski fue el encargado de transportar a Jerome Zandow, el único testigo relacionado con las armas robadas, al cuartel de la Reserva Científica Estratégica.

A la mañana siguiente, todos los agentes, incluido Thompson, recibieron la triste noticia de que Krzeminski y Zandow habían sido asesinados de camino a la oficina. Cuando Margaret Carter llegó, Thompson le explicó lo sucedido y destacó que el responsable había sido un profesional que los había seguido sin que nadie lo viera. Dooley salió de su oficina brevemente y les recordó a sus subordinados que Krzeminski seguiría vivo si no fuera por la irresponsabilidad de Howard Stark, acto seguido, informó que llamaría a la esposa del difunto para darle a conocer la tragedia. Recordando que Krzeminski tenía también una novia, Thompson decidió llamarla para contarle lo sucedido.[6]

Líder temporal de la SSR[]

"El Jefe Dooley fue a perseguir una pista en el caso Stark. Y mientras no está, yo estoy a cargo. Y mientras estoy a cargo, nadie va a descansar."
―Jack Thompson[fnt.]

Cuando Roger Dooley voló a Nuremberg para interrogar a un criminal de guerra nazi llamado Ernst Mueller sobre la Batalla de Finow, dejó a Thompson a cargo de la Oficina de la Compañía Bell de Nueva York. Al iniciar el día siguiente, Thompson pronunció un discurso ante todos los agentes preguntando cuál era el segundo nombre de Ray Krzeminski; pero solo Daniel Sousa respondió que era "Walter". Thompson luego preguntó cual era la parte más importante del nombre del Agente Ray Walter Krzeminski, a lo que Yauch contestó dudosamente "Walter" también; esta vez, Thompson lo corrigió y afirmó que la parte más importante de ese nombre era "Agente".

Habiendo informado que nadie descansaría ni volvería a casa hasta atrapar a Howard Stark, Thompson ordenó hacer una fila fuera de la oficina para repartir misiones individuales. Mientras realizaba el labor, Thompson vio a Sousa salir y le preguntó a dónde iba. Si bien Sousa afirmó que preferiría hacer trabajo policial de verdad, Thompson le dijo sarcáticamente que debido a la ausencia de Krzeminski, él era el nuevo hazmerreír de la oficina. Thompson lo dejó ir y le pidió a Margaret Carter recolectar las órdenes del almuerzo, para gran molestia de ella.

En la tarde, Sousa regresó con un vagabundo llamado Frank, y viendo esto, Thompson le felicitó públicamente por encontrar a Stark. Ignorando las burlas, Sousa le confesó a Thompson la gran posibilidad de que ese hombre hubiera visto lo que pasó en el muelle antes de que ellos llegaran. Thompson supervisó el inútil interrogatorio de Sousa, quien solo confrontó al hombre tratando de hacerlo sentir mejor.

Él decidió intervenir y entró a la sala con una hamburguesa y una botella de whisky, para gran enojo de Sousa. Exponiendo lo deliciosos que la hamburguesa y el whisky estaban, Thompson le prometió a Frank que se los regalaría si les decía lo que había visto en el muelle. Frank aceptó el trato sin dudar y reveló que vio a una mujer de cabello oscuro y un hombre bien vestido entrar al Corazón Roto antes de que la policía llegara. Thompson le entregó al hombre la hamburguesa y el whisky, diciéndole a Sousa que no todos los veteranos volvían a casa con el deseo de ser comprendidos.

Después del interrogatorio, Sousa se sintió tonto por haber estado perdiendo tiempo, pero Thompson lo felicitó por ubicar un testigo que nadie había visto. En la noche, Thompson estaba recogiendo la basura del interrogatorio cuando Carter entró a la sala aparentando tener prisa. Como había bebido demasiado, él le preguntó a Carter porqué trabajaba en la Reserva Científica Estratégica, recordándole lo único que hacía era traer el almuerzo. Thompson expresó su creencia de que Carter solo trataba de huir del orden natural del universo, declarando que ningún hombre la vería como igual solo por el hecho de ser mujer. Sintiéndose mal por los comentarios, Carter se marchó y Thompson siguió bebiendo.

En la mañana, Dooley regresó de Alemania y se puso al día con Thompson. Cuando Dooley dijo que según Muller, había ocurrido una terrible masacre en Finow de la que nadie hablaba, Thompson le entregó una bitácora del campamento Finow un día después de que todo ocurriera, en la que Stark aparecía como visitante. Reuniendo esas dos pistas, Dooley y Thompson concluyeron que estaban investigando una conspiración.[7]

Expedición a Rusia[]

"Iremos al este hasta llegar a la frontera."
"Veremos a los rojos antes de llegar a la frontera. Vayamos hacia Lituania y cruzamos a Rusia en Ashmiany."
"¿Piensa atravesar toda Lituania a pie?"
"Bueno, puede hacerlo si quiere."
―Jack Thompson y Timothy Dugan[fnt.]

Cuando Roger Dooley notó que la Máquina de escribir remota estaba recibiendo un nuevo mensaje, llamó a un criptógrafo de Virginia para decodificarlo, con Thompson presionando al sujeto para que les entregara los resultados lo antes posible. Margaret Carter llegó a la oficina y descifró el mensaje fácilmente al notar que el criptógrafo no lo había logrado. El mensaje traducido decía que Howard Stark estaría en Bielorrusia para recibir el pago de sus inventos. En seguida, Dooley le asignó a Thompson la misión de llevar un equipo táctico a la Unión Soviética y capturar a Stark en pleno acto de venta ilegal.

Aunque Thompson se negó rotundamente a permitir que Carter lo acompañara, Dooley le dijo que solo la incluiría en el equipo si lograba reclutar al Regimiento de Infantería 107º, sabiendo que estos conocían el terreno de la infiltración mejor que nadie. Para sopresa de Thompson, Carter realizó una llamada y les informó que había reclutado a la Infantería 107º; Dooley cumplió su promesa y les dio una hora para prepararse, con Thompson absteniéndose a seguir discutiendo.

Mientras Thompson y su equipo, incluida Carter, estaban en el vestidor de hombres cambiándose ropa para su misión en Bielorrusia, Daniel Sousa llegó a entregarle a Thompson unos archivos necesarios para su operación. Thompson le pidió a Sousa traerle su brújula, la cual estaba en un casillero en el otro pasillo, el mismo lugar en el que Carter estaba cambiándose; cuando Sousa encontró a Carter en ropa interior, Thompson y sus colegas se rieron del incómodo momento que le hicieron pasar, agradeciéndole de todos modos al agente la buena voluntad de buscar su brújula.

En Rusia, Carter y Thompson se encontraron con los Comandos Aulladores, constituidos por Timothy Dugan, Samuel Sawyer, Percival Pinkerton y Jonathan Juniper. Al momento de presentarse, Thompson le explicó a Dugan su plan para llegar a la Unión Soviética, sin embargo, él le indicó que al seguir ese plan serían descubiertos por los soldados soviéticos que resguardaban las fronteras. Dugan le dijo a Thompson que él planeaba atravesar Lituania y llegar a su destino atravezando Ashmiany. Aunque Thompson creyó que recorrerían todo el país a pie, Dugan le permitió hacerlo, justo antes de revelarle que obviamente había conseguido camiones para movilizarse.

Los dos equipos hicieron una parada en la noche para descansar y compartir historias de guerra. A pesar de que Thompson afirmó que durante su tiempo en Japón no había vivido nada fuera de lo común, Carter y los demás lo alentaron a contarle cómo se había ganado la Cruz de la Armada, para gran verguenza de Thompson. Dejando de lado la resistencia, Thompson accedió a contar que él, estando solo, mató a un grupo de seis soldados japoneses que iban a emboscar a su unidad en la noche, por lo que fue premiado debido a su valor.[3]

Infiltración en la Academia de la Habitación Roja[]

"Después de ver lo que hizo esa niña en Rusia, odiaría encontrarme con una adulta."
―Jack Thompson[fnt.]

Al día siguiente, el grupo llegó a la Academia de la Habitación Roja, donde Thompson ordenó separarse en dos equipos. Cuando llegaron al punto de encuentro, Thompson y su equipo se enteraron de que una niña había apuñalado a Timothy Dugan y matado a Jonathan Juniper. Cuando Margaret Carter reveló que Leviatán sabía de su presencia, todos entraron en alerta y comenzaron a moverse rápidamente. A medida que recorrían el lugar, Samuel Sawyer mató a un soldado de Leviatán que estaba de guardia en el pasillo, y Thompson le ordenó mantener la posición para que vigilara.

Dentro de una celda, Thompson y los demás se encontraron con dos prisioneros llamados Nikola e Ivchenko, quienes se revelaron como un ingeniero y un terapeuta, respectivamente. Nikola les explicó que Leviatán los había capturado para que construyeran un amplificador fotónico usando unos planos que le habían robado a Howard Stark, declarando que él no se encontraba en el lugar y que no tenía nada que ver. Cuando Sawyer alertó a todos de que habían sido descubiertos, Carter liberó a los prisioneros y Thompson los cubrió mientras escapaban.

Atrapados en la sala de calderas, Mike Li fue asesinado por la misma niña que los había atacado antes, y Sawyer recibió un disparo en la pierna por parte de esta. Acto seguido, los enemigos siguieron disparando, lo que causó que Thompson se paralizara y no pudiera reaccionar al tiroteo del que estaba formando parte. Cuando Dugan llegó para extraer al equipo, todos salieron a excepción de Thompson, ya que seguía atónito y sin poder reaccionar. Carter se vio obligada a ayudarlo y cruzó la línea de fuego para obligarlo a escapar en uno de los camiones.

Mientras se despedían, Thompson le dio un apretón de manos a Dugan, le agradeció su ayuda y abordó el avión para volver a Estados Unidos. Durante el viaje, Carter intentó animar a Thompson, ya que él seguía afectado por la crisis que había sufrido en el tiroteo. En busca de hablar con confianza, Carter trató de explicarle a Thompson que todos se paralizaban en algún momento, lo que dio lugar a que él le contara lo que en verdad había pasado en Japón; sobre que había masacrado a seis hombres que trataban de rendirse, confesando también que le costaba llevar una vida tranquila y que nunca había sido capaz de hablar sobre eso con nadie.

Habiendo reportado con Carter el desenlace de la misión ante Roger Dooley, Thompson salió de la oficina y se preparó para ir por unas copas con los demás. Tras que Sousa rechazara la invitación, Thompson invitó a también a Carter, quien aceptó acompañarlos en breve.[3]

Cazando a Margaret Carter[]

"¿Qué está pasando, Jack?"
"Un testigo te vio con Brannis la noche en que murió. Hay una fotografía tuya en el club la noche en que Spider Raymond murió. Y aquí estás con tu mejor amigo, el mayordomo de Howard Stark."
Margaret Carter y Jack Thompson[fnt.]

El Doctor Ivchenko les dijo a Thompson, Roger Dooley y Margaret Carter que fue capturado por Leviatán, y que tanto su vida como la de su familia llegaría a su fín se él no cooperaba. Daniel Sousa viajó a la cárcel donde estaba Sheldon McFee para hacerle unas preguntas, descubriendo así que Carter era la mujer que lo había asaltado para robarle el camión lleno de Nitrameno. Cuando Dooley se enteró de la situación con Carter, Thompson y Sousa fueron enviados para arrestarla. Al allanar L&L Automat, Thompson dedujo que Carter acabaría con todos los agentes, así que la esperó en la salida trasera. Como él lo había previsto, Carter y Edwin Jarvis trataron de escapar del lugar, pero Thompson los estaba esperando con su pistola, diciéndole a Carter cómo la habían identificado. En un intento de que Carter le contara contaba lo que pasaba, Thompson le pidió acompañarlo a la oficina de la Reserva Científica Estratégica, sin embargo, ella lo desarmó y lo noqueó fácilmente.

Al despertar, Thompson se enteró de que Carter había escapado también de Sousa, así que optaron por ir a buscarla al Hotel Griffith. Allí, Thompson y Sousa conocieron a Miriam Fry, quien trató de detenerlos debido a sus extrictas políticas, sin embargo, Thompson revisó el registro de habitaciones y subió a buscar a Carter. Al no encontrarla en su habitación, Thompson y Sousa entraron a la habitación de Angela Martinelli, quien les permitió pasar sin ningún problema. Martinelli les reveló a los agentes que Carter había salido hace poco y que no volvería en mucho tiempo, ya que necesitaba ayudar a su abuela enferma. Antes de poder seguir hablando, Martinelli recordó a su abuela y comenzó a llorar en el pecho de Thompson, quien no supo cómo contenerla debido a que no se conocían. Con todos los agentes incómodos por la escena de Martinelli, Thompson ordenó la retirada del lugar.

A medida que Thompson y compañía caminaban por los corredores del Hotel Griffith, vieron a Carter en el piso con Dorothy Underwood al lado de ella. Underwood les dijo que había encontrado a Carter inconsciente, y cuando Sousa comprobó que esto era cierto, Thompson lo ayudó a levantarla. Carter finalmente despertó y Thompson con Sousa la sacaron del hotel esposada, para subirla al auto y llevarla a un interrogatorio.[8]

Muerte de Roger Dooley[]

"¿Qué pasó?"
"Mataron al jefe."
Daniel Sousa y Jack Thompson[fnt.]

Thompson junto con Roger Dooley y Daniel Sousa interrogaron a Margaret Carter, quien defendió su inocencia afirmando que Howard Stark era inocente y que los agentes de la Reserva Científica Estratégica habían estado haciendo un pésimo trabajo, a diferencia de ella, que había realizado su propia investigación; Thompson aclaró que si Carter no cooperaba, se vería obligado a utilizar métodos violentos para obligarla a hablar. Entre las pocas cosas que pudieron entender, fue que, segun Carter, Dorothy Underwood era la mujer a la que debían buscar en lugar de ella. Repentinamente, Edwin Jarvis llegó a la Oficina de la Compañía Bell de Nueva York afirmando tener la confesión firmada de Stark, en la cual aceptaba la responsabilidad por la venta de armas a cambio de dejar tanto a Jarvis y Carter libres de un juicio. Dooley leyó los documentos y le ordenó a Thompson retirarle a Carter las esposas, acto seguido, aceptó liberar a los detenidos cuando Stark llegara a Estados Unidos, advirtiéndole a Carter que a partir de ese momento nunca volvería a la SSR.

Thompson y Dooley estaban juntos cuando Carter les reveló que la confesión que tenían era falsa y que Stark nunca vendría a aceptar su culpa. En privado, Carter confesó que ella había sido la que encontró los objetos robados de Stark en El Corazón Roto y que había llamado a Sousa para que él se hiciera cargo de confiscarlos; asumiendo que tenía la confianza de sus colegas, Carter les aseguró que el Doctor Ivchenko, quien estaba en la oficina de Dooley, se estaba comunicando en clave morse con alguien al otro lado del edificio, advirtiéndoles que tenían poco tiempo antes de que algo terrible pasara. Para justificar que decía la verdad, Carter hizo que trajeran el Botón Blitzkrieg del laboratorio y declaró que la sustancia en el interior de este era la última muestra de sangre de Steven Rogers.

Ante esta revelación, Dooley salió de la oficina con Thompson y Sousa para preguntarles si creían en lo que Carter decía. Si bien Thompson no dijo nada, Sousa optó por creer en ella debido a que eran amigos desde antes, así que Dooley le pidió a Thompson dirigir un grupo de agentes al edificio del frente a chequear si realmente había alguien comunicándose con Ivchenko. Thompson y Sousa salieron con tres agentes de apoyo, mientras que Dooley se quedó vigilando a Ivchenko.

Thompson desplegó a los apoyos en distintos niveles del edificio, y cuando estuvo a solas con Sousa, le contó que también creía en lo que Carter estaba diciendo. Antes de que Sousa saliera del elevador, Thompson le pidió dispar a matar en caso de encontrarse con Underwood, señalando lo letal que sería encontrarse con una asesina rusa mejor entrenada que la niña con la que se había encontrado en Rusia. En alerta, Thompson estaba recorriendo el edificio hasta que descubrió que uno de los agentes estaba muerto. Thompson salió rápidamente para alcanzar al atacante, sin embargo, este ya se había perdido entre la multitud de la ciudad.

Cuando Thompson regresó, se enteró de que Ivchenko había desaparecido y que Dooley estaba durmiendo encerrado en su oficina con el Chaleco Térmico Stark activado. Aunque Thompson, los demás agentes y Alex Doobin trataron de buscar una solución para inhabilitar el chaleco explosivo, Jarvis descartó cada idea debido a que el invento de Stark era resistente a cualquier tipo de manipulación. Aceptando su destino, Dooley le pidió a Thompson ayudarlo a levantarse y al acercarse a él, le robó su arma. Mientras Thompson observaba con tristeza a su jefe, Dooley le pidió despedirlo de su esposa Loretta, dado que ese día tenían una cena familiar a la que no podría llegar; Dooley también le pidió a Carter atrapar a Ivchenko por lo que había hecho y la felicitó reconociendo que siempre había tenido la razón.

Acto seguido, Dooley comenzó a correr hacia la ventana disparándole y justo después de saltar a la calle, el chaleco explotó y murió ante todos sus agentes, incluido Thompson. Poco después de la explosión, Sousa llegó y Thompson le informó que Dooley había fallecido. A raiz de este incidente, Thompson quedó a cargo de sus demás colegas en calidad de Jefe.[9]

Masacre en el Cine Teatro[]

"¿Qué pasó aquí, detective?"
"No tengo idea. Tengo 47 muertos, cráneos aplastados, ojos salidos. Ni un solo sobreviviente."
―Jack Thompson y Prendergast[fnt.]

Con Margaret Carter reincorporada en la SSR, Thompson, Daniel Sousa y ella investigaron un caso en el que 47 personas fueron masacradas en un cine teatro de la ciudad, deduciendo que Leviatán podría estar involucrado. Al llegar, Thompson se informó de la situación por el Detective Prendergast, quien les permitió pasar para que inspeccionen la escena. Sousa entró a la sala de cine mientras que Thompson y Carter analizaron los cadáveres en la entrada, quedando soprendidos por las terribles marcas de heridas que tenían.

Al entrar a la sección de butacas, Thompson escuchó a Sousa comenzar a toser repetidamente y se apresuró en ir a ayudarlo. Apenas Thompson tocó a Sousa, este se puso encima de él y trató de estrangularlo, derribando a Carter para que no pudiera socorrer a Thompson. Finalmente, un policía noqueó a Sousa y al tranquilizarse, Thompson y Carter encontraron una lata de gas fabricada por Industrias Stark, sustancia que Sousa había inhalado.[10]

Secuestro de Howard Stark[]

"Tras una profunda investigación, hemos concluído que Howard Stark es inocente de robo y venta de armas a enemigos extranjeros. Los cargos contra el Sr. Stark se retiraron. Tenemos una gran deuda con el Sr. Stark, y su ayuda en nuestra investigación es invaluable... él es un héroe para todos los estadounidenses. El Sr. Stark trabajará con la SSR para llevar a los responsables de este crimen ante la justicia. Estamos honrados... aquí está Howard Stark."
―Jack Thompson[fnt.]

Al día siguiente, Thompson vio a Sousa recuperado y bromeó con él sobre su intento fallido de matarlo. Thompson explicó que los científicos de la oficina analizaron el gas y concluyeron que la sustancia que Sousa inhaló se trataba de un fuerte psicótico. Los agentes fueron interrumpidos por la repentina llegada de Edwin Jarvis y Howard Stark, a quien arrestaron de inmediato. En la sala de reuniones, Thompson interrogó a Stark, pero el no le tomó mucha importancia a la situación y se entretuvo haciendo comentarios divertidos.

Tras que Stark bromeara sobre la prótesis de Sousa, Thompson le enumeró a las personas que habían muerto por culpa de su irresponsablidad, incluyendo a los agentes Roger Dooley y Ray Krzeminski. Stark, ahora estando serio, les explicó que el gas se llamaba Aceite de Medianoche, un experimento fallido que en lugar de mantener a los soldados despiertos por varios días como él quería, resultó tener efectos alucinógenos que llevaban a una conducta asesina. Stark les informó también que el Aceite de Medianoche fue robado por el General John McGinnis antes de la Batalla de Finow para matar a cientos de soldados rusos.

Dando a entender que su intención era comprobar su inocencia, Stark propuso ser utilizado como carnada para atraer a Ivchenko, quien en realidad resultó ser el Doctor Johann Fennhoff. Thompson realizó una conferencia en el Ayuntamiento de Nueva York, donde declaró públicamente que Stark era inocente y que todos los cargos de traición fueron retirados. Al mismo tiempo, Stark le pidió decir cosas halagadoras hacia él, por lo que Thompson acabó cediéndole el estrado. Durante el discurso, la plataforma fue atacada, así que Thompson le ordenó a Edwin Jarvis evacuar a Stark en una patrulla de policía que estaría esperándolos en un callejón.

Thompson y Carter allanaron el apartamento donde supuestamente estaba el francotirador, solo para encontrarlo vacío y enterarse por radio de que Stark fue secuestrado durante el caos, el cual fue una simple distracción. En busca de saber cuáles eran los planes de Fenhoff, Thompson y Carter descubrieron que el plan sería atacar Times Square, dado que la celebración del Día de la Victoria estaba pronto a festejarse. Aunque Thompson trató de convencer a las autoridaes de cancelar el masivo evento para prevenir una catástrofe, miles de personas ya estaban dispersas en la calle esperando el desfile y no tuvo éxito. Con la ayuda de Jarvis, Thompson, Carter y Daniel Sousa dedujeron que Stark fue llevado a su almacén secreto y que el plan de Leviatán era esparcir el Aceite de Medianoche en Times Square.[10]

Incursión en el Almacén de Howard Stark[]

"Sousa... mírame, no lo escuches."
"Excelente, enfóquese. Dispárele."
"No. ¡Despierta, ya!"
―Jack Thompson y Johann Fennhoff a Daniel Sousa[fnt.]

Thompson y el equipo llegaron al almacén solo para presenciar el despegue del avión de Stark. Como el equipo sabía que probablemente tendrían que derribar a Stark antes de que llegue a Times Square, se vieron en la necesidad de un piloto. Thompson y Sousa revelaron que no sabían pilotar aviones, por lo que Jarvis se ofreció voluntariamente. Thompson y Sousa ayudaron a Jarvis a preparar el avión, momento en el que éste reveló que nunca había matado a nadie antes. Aunque Jarvis comentó que sería difícil para él asesinar a una persona, Thompson le advirtió que si no despegaba rápidamente, todo sería en vano. Tras que Jarvis se marchara, Thompson y Sousa se prepararon para infiltrar el almacén en busca de Johann Fennhoff, quien había salido de la cabina de radio según Margaret Carter. Antes de ingresar, Thompson le pidió a Sousa no escuchar a Fennhoff, pues así estaría perdido.

Después de que Carter derrotara a Dorothy Underwood, Thompson y Sousa seguían buscando a Fennhoff en el hangar. Cuando Thompson encontró algo tirado en el piso, cuando se agachó a ver qué era y Fennhoff lo atacó por la espalda. Ambos fueron sorprendidos por Sousa, quien llegó al lugar y le ordenó a Fennhoff no moverse. Para horror de Thompson, Fennhoff comenzó a hipnotizar a Sousa, y él aparentemente estuvo a punto de matar a su colega de forma involuntaria, sin embargo, Sousa reveló haber estado fingiendo en todo momento y golpeó al psiquiatra con un arma, neutralizándolo. Quitándose unos tapones de los oídos, Sousa bromeó sobre lo divertido que fue ver a Thompson temiendo por su vida. Poco después, Fennhoff fue arrestado y Stark regresó al almacén habiendo recuperado su conciencia.[10]

Promovido[]

"La ciudad y el país están en deuda. ¡Necesitamos más hombres como Jack Thompson, peleando por la libertad y la seguridad! Tienen suerte de trabajar para él."
"Solo hice lo que había que hacer."
Walt Cooper y Jack Thompson[fnt.]

En la mañana siguiente, Thompson y todos los agentes de la oficina recibieron a Margaret Carter con un fuerte aplauso por haber detenido a Dorothy Underwood y Johann Fennhoff. Thompson y Daniel Sousa le dieron la bienvenida a Carter por si quería volver a trabajar con ellos en la Reserva Científica Estratégica.

Poco después, el Senador Walt Cooper llegó a la oficina y felicitó a Thompson por el excelente trabajo que hizo salvando a Times Square de ser atacado. Cooper le informó lo agradecido que estaba el país con él, el hecho de que podría obtener honores del Congreso y también que el Presidente Harrison Truman quería agradecerle sus servicios en persona. Aunque Thompson miró a Sousa y Carter mientras escuchaba sus cumplidos, decidió llevarse todo el crédito e invitó a Cooper a su oficina para conversar en privado.[10]

Interrogando a Dorothy Underwood[]

"¿Y quién va a interrogarme?"
"Mi jefe y yo teníamos una rutina para hacer hablar al sospechoso, él era la zanahoria y yo era el palo, él hablaba suavemente y yo nunca hablaba. Pero, el problema es que ustedes y sus amigos comunistas, bueno, mataron a la zanahoria."
Dorothy Underwood y Jack Thompson[fnt.]

A causa de sus acciones en la detención de Johann Fennhoff, Jack Thompson y Daniel Sousa fueron nombrados Jefes de la Reserva Científica Estratégica, con Thompson reemplazando al fallecido Roger Dooley como Jefe de la sede de Nueva York. Pasaron varios meses sin que los agentes tuvieran alguna pista sobre el paradero de Dorothy Underwood. Seis meses después de que Sousa abandonara Nueva York para dirigir una nueva sede de la SSR en Los Ángeles, Thompson se enteró que Underwood iba a asaltar el Banco de Ahorros Bowery, por lo que organizó una emboscada para atrapar a la asesina soviética.

Mientras Margaret Carter esperaba a que Underwood llegara a la bóveda, Thompson y sus agentes se camuflaron haciéndose pasar por clientes del banco, incluso dejándose tomar como rehenes para pasar desapercibidos. Una vez que Carter comenzó a pelear con Underwood, Thompson le ordenó a sus aliados sacar sus armas escondidas y apuntarle a los hombres de Underwood, superándolos en número. Subiéndose a una mesa para captar la atención de todos, Thompson declaró que la SSR se encontraba en el lugar y le informó a los criminales que se encontraban bajo arresto, al mismo tiempo que Carter dejó a Underwood inconsciente.

En la Oficina de la Compañía Bell de Nueva York, Thompson observó el interrogatorio de Underwood guiado por Carter, y fue testigo de la presión que ella lograba tener por sobre Underwood. Al notar que sus agentes estaban impresionados con las habilidades de Carter, Thompson les ordenó retirarse en lugar de perder el tiempo comentando el interrogatorio. Repentinamente, Thompson recibió una llamada del Jefe Sousa, quien le pidió personal de apoyo para su nueva sede, justificando que como era nueva los agentes no tenían la experiencia suficiente en un nuevo caso.

Aunque Thompson se burló de Sousa por su solicitud, le dijo que tenía a la persona ideal para ayudarlo. Como Carter era una agente mucho más experimentada y mejor que él, Thompson decidió deshacerse de ella para no tener que incluirla en sus planes, así que le pidió pausar el interrogatorio. Restándole importancia al buen trabajo que Carter estaba haciendo, Thompson le informó que debía ir a Los Ángeles y ayudar a Sousa, mientiéndole al decir que éste la había pedido específicamente a ella. Aún cuando Carter trató de negarse a abandonar el caso de Underwood, Thompson le ordenó empacar y tomar un vuelo que estaba por salir en tres horas.

Horas después, Thompson fue con Underwood para interrogarla, pero ésta se mostró sorprendida por la ausencia de Carter. Thompson le dijo que Roger Dooley y él solían realizar interrogatorios en buenos y malos términos, pero como ella y Johann Fennhoff mataron a Dooley, solo quedaba él con sus malos términos. Underwood demostró no estar asustada y Thompson le quitó las esposas para reafirmar que él tampoco lo estaba, no obstante, Underwood volteó la mesa y derribó a Thompson. En el piso y con la mesa aplastando su cuello, Thompson fue socorrido por más agentes que se hcieron cargo de Underwood y lo ayudaron a levantarse.

Más tarde, Thompson y Underwood negociaron un acuerdo en el que él la enviaría a la carcel en lugar de ser electrocutada, a cambio de que ella le revelara a quién le estaba tratando de robar un pin de solapa en la bóveda del banco y la razón de esto. Antes de que ella respondiera, un agente entró a la habitación y cortó las esposas de Underwood. Cuando Thompson trató de intervenir, Vernon Masters entró e informó que Underwood quedaría bajo la custodia del FBI. A pesar de las protestas de Thompson, Masters lo invitó a beber una copa para explicarle lo que pasaba.[4]

Crisis de lealtad[]

"Y ahora tienes que preguntarte ¿en realidad quiero ser el ex jefe de la SSR o el actual jefe de la siguiente gran empresa?"
"Quiero ser el jefe."
Vernon Masters y Jack Thompson[fnt.]

Más tarde, Thompson se reunió con Vernon Masters en un bar, le explicó cuanto le costó atrapar a Dorothy Underwood y le preguntó si desconfiaban en sus capacidades. Masters le dijo a Thompson que él siempre lo ayudaría al igual que como lo ayudó a entrar a la Reserva Científica Estratégica. Thompson expresó su molestia al decir que el FBI se llevaría el crédito por la captura en lugar de él y la SSR. En ese instante, Masters le contró que el las agencias del gobierno serían reorganizadas y que la SSR dejaría de existir, pues ésta se creó solo para afrontar la finalizada Segunda Guerra Mundial. Masters le preguntó a Thompson si quería ser el antiguo jefe olvidado de la SSR, o el gran jefe en alguna nueva organización; Thompson eligió la segunda opción y Masters le aseguró que no se arrepentiría.[4]

Orden de cateo[]

"Thompson nos dio una orden de cateo para Isodyne."
Daniel Sousa[fnt.]

Dias después, Thompson le envió a Daniel Sousa una orden de cateo para que él y Margaret Carter pudieran acceder libremente a la Sede central de Energía Isodyne.[11]

Visitando Los Ángeles[]

"No te preocupes por cosas que no te conciernen, Carter."
"Le estaba robando a la misma organización que investigamos."
"Y esa investigación concluyó."
―Jack Thompson y Margaret Carter[fnt.]

Thompson recibió una llamada de Vernon Masters para venir a Los Ángeles lo más rápido posible; Thompson dejó la Ciudad de Nueva York y se dirigió a la Agencia de Talentos Auerbach. Thompson no encontró al jefe Daniel Sousa ni a Margaret Carter allí, pero vio un informe preliminar de Carter sobre la explosión de la Sede central de Energía Isodyne y la aparente muerte de Jason Wilkes. Thompson leyó que un periódico catalogó a Wilkes como un espía comunista, por lo que decidió cerrar el caso y reescribió a su manera

Thompson estaba sentado en el escritorio de Sousa cuando éste llegó con Carter, así los fastidió sarcásticamente porque venían llegando tarde. Thompson explicó que tenía algunos asuntos pendientes en la ciudad y que quiso pasar a visitarlos antes de regresar a Nueva York. Carter le preguntó cómo iba el interrogatorio de Dorothy Underwood, burlándose de él por su fallido intento en el que la espía casi lo mató aplastándole el pecho. Tras que Carter le dijera que Underwood posiblemente estaba involucrada con la mimsa organización que, según ella, trató de inculpar a Wilkes, Thompson insistió en que el caso estaba cerrado. Thompson le pidió a Carter firmar el expediente modificado por él, pero como ella se negó, decidio firmarlo por sí mismo.

A pesar de las protestas de Sousa, Thompson les recordó que Carter seguía siendo una agente bajo su dirección, por lo que podía firmar en lugar de ella. Carter trató de razonar con Thompson una última vez, pero él aseguró que su reporte estaba mal hecho y volvió a declarar que el caso de Wilkes había concluido. Como Carter mencionó un cortometraje que Wilkes robó de Energía Isodyne antes de morir, Thompson optó por verlo para saber de qué trataba. Thompson colocó un proyector en la oficina de Sousa y mientras analizaba horrorizado el comportamiento de la Materia cero, fue informado de que Masters llegó a verlo.

Thompson no permitió que Masters entrara a la oficina donde estaba el proyector, así que salió a recibirlo. Al saludarlo, Masters le preguntó si la Reserva Científica Estratégica había requisado un material con información clasificada de Energía Isodyne, y le pidió entregárselo; Thompson fingió no estar al tanto del paradero de ese material. Cuando Thompson le preguntó a Masters porqué la SSR debería entregarle al FBI la evidencia encontrada, Masters le advirtió no pasarse de listo con él, pues ya habían tenido una charla similar. Thompson le prometió a Masters que encontraría el material que buscaba y lo llamaría para entregárselo; Masters propuso juntarse a almorzar y realizar ahí la entrega.[12]

Entregando al evidencia de Isodyne[]

"¿Y por qué estamos teniendo esta conversación?"
"Porque tenemos que investigar al Club Arena."
"¡No va a suceder!"
―Jack Thompson y Margaret Carter[fnt.]

Al día siguiente, Thompson se enfureció al enterarse que Carter se infiltró en el Club Arena para investigar a la organización culpable de la muerte de Wilkes, así que le recordó que él ya había cerrado ese caso. Cuando Carter afirmó haber visto en el club un periódico en el que se evidenciaba que la organización en cuestión estaba manipulando las elecciones para el senado, Thompson aseguró que eso era una grave acusación y un problema muy difícil de resolver si se equivocaba. Cuando Sousa le pidió a Carter algo de evidencia, ella explicó que todos sus métodos para obtenerla habían fracasado.

Como Thompson insistió en que Carter debía dejar en paz al Club Arena y aceptar que Wilkes era un espía, ésta lo llamó cobarde por querer investigar a gente poderosa, recordando que al igual que en su pasado, Thompson estaba escondiendo la verdad para recibir una medalla sin que nadie se enterara de su actitud corrupta. Thompson le exigió a Carter regresar a la ciudad de Nueva York en el siguiente avión, y ella con Sousa lo dejaron a solas en la oficina.

En la tarde, Masters regresó y Thompson le entregó el rollo de película con la evidencia de la Materia cero, afirmando no haber visto el contenido de la grabación. Masters comprobó que todo estuviera en orden y le agradeció a Thompson su ayuda a los Estados Unidos. Thompson selló el trato diciendo que siempre trataría de ayudar.

Tras reservar su vuelo de regreso a Nueva York, Thompson regresó a la Agencia de Talentos Auerbach y encontró a Sousa trabajando. Thompson le preguntó de su investigación y entendió que estaba investigando a una tal Agnes Cully. Él le preguntó a Sousa si la verdadera razón de mudarse a Los Ángeles fue que Carter nunca se fijó en él, pero Sousa dijo que la única razón de su cambio fue el ascenso que recibió como Jefe de la SSR. Al enterarse de que Sousa estaba comprometido con alguien, Thompson se sorprendió y lo invitó a beber para festejar, pero Sousa se negó diciendo que el trabajo de jefe nunca se terminaba.[12]

Un nuevo mejor amigo[]

"Si estás feliz, estoy feliz. Mi papá estará feliz de saber que trabajamos juntos."
"Bien, y todo mundo está feliz. Especialmente tu nuevo mejor amigo. Jack Thompson, conoce a Calvin Chadwick."
―Jack Thompson y Vernon Masters[fnt.]

Una hora antes de volver a Nueva York, Thompson se dirigió al Club Arena para despedirse de Vernon Masters. Masters le agradeció a Thompson su ayuda y le presentó a Calvin Chadwick, un amigo que se postuló al senado y que gracias a la renuncia de su único opositor, se convertiría en senador de una u otra manera. Chadwick se levantó y le agradeció su ayuda en el caso de Energía Isodyne, entregándole un periódico de Los Angeles Tribune. Para sorpresa de Thompson, el periódico que Chadwick le entregó tenía el mismo titular del que Carter le habló antes, entendiendo que la corrupción de Masters y sus nuevos "aliados" era verdadera. Luego, Thompson regresó a Nueva York.[12]

Infiltración en el Gran Hotel MacArthur[]

"Desacredita, deshonra y reprime a la Agente Carter para que todos esos errores que ha cometido se vuelvan incuestionable negligencia."
"Eso representa toda una serie de problemas."
Vernon Masters y Jack Thompson[fnt.]

Días más adelante, Thompson regresó a Los Ángeles para asistir a una cena en beneficio de la campaña electoral de Calvin Chadwick en el Gran Hotel MacArthur. Acompañado por Vernon Masters, Thompson saludó al candidato, quien le prometió a Thompson más recursos y dinero si lo apoyaba en su carrera como senador. Cuando Masters le contó a Chadwick que Thompson había neutralizado a Johann Fennhoff hace un tiempo, éste y su espoa, la actriz Agnes Cully lo felicitaron.

Masters se tomó un momento para mostrarle a Thompson que grandes hombres como Thomas Gloucester y Mortimer Hayes también se encontraban en la fiesta, recomendándole tener buena relación con estos para que su carrera fuera exitosa. De repente, Hugh Jones se acercó a los dos y Thompson lo saludó recordando su encuentro de hace un año mientras investigaba un incidente. En seguida, Jones habló sobre una mujer relacionada con Thompson, y cuando él preguntó de quién se trataba, fue informado de que Margaret Carter había robado Bombas Atómicas de una Oficina de Roxxon hace unos días. Avergonzado por la acusación, Thompson tuvo que confesar que no estaba al tanto de eso, haciendo que Jones se retirara riéndose.

A solas, Masters le advirtió a Thompson hacerse cargo de Carter, pues no era la primera vez que lo avergonzaba por desobedecer órdenes, y se marchó. Consternado, él se dirigió a la barra y pidió un whisky, donde una chica lo saludó aconsejándole sonreír, aunque él justificó que no tenía motivos para hacerlo. Edwin Jarvis interrumpió la conversación y causó que la chica se fuera. Como Jarvis actuaba de forma rara, Thompson lo confrontó preguntando dónde estaba Carter. Aunque éste dijo que no sabía, Thompson intentó inspeccionar el hotel para asegurarse, justo antes de notar que Jarvis estaba entreteniéndolo. La conversación se puso tensa cuando Jarvis insinuó que Thompson apoyaba a Chadwick solo para hacer su trabajo sucio, así que éste lo abandonó tras hacer un comentario sobre su trabajo de mayordomo.

Thompson no encontró a Carter en ninguna parte, pero sí a Dorothy Underwood infiltrada en el lugar. Él la saludó sarcásticamente antes de someterla y noquearla. Como el alboroto dio lugar a que la fiesta terminara, Masters regañó a Thompson por no prever que la presencia de Jarvis era la prueba irrefutable de que Carter estaba detrás de todo. Pese a que Thompson insistió en que Underwood había actuado sola, Masters señaló su error y le ordenó corregir Carter para que la expulsaran de la SSR de una vez. Como Thompson mostró resistencia a eso, Masters dudó de su lealtad, amenazándolo con removerlo del cargo que le había prometido si no era capaz de destruir la reputación de Carter.

En la mañana, Thompson visitó la Hacienda de Howard Stark y habló con Carter para pedirle que se detuviera, citando el robo de las bombas atómicas y el misterioso escape de Underwood de prisión, sabiendo que ella había planeado todo. Él le propuso regresar juntos a Nueva York y olvidar todo lo sucedido en Los Ángeles, insinuando que la despediría si no obedecía. Para sopresa de Thompson, Carter aceptó su despido recalcándole que ella ganaría de todos modos en esta investigación. Aparentando decepción, Thompson predijo que Carter lo perdería todo y se marchó deseándole suerte.[13]

Cambiando de bando[]

"Es tu elección, no la mía."
"Jefe Thompson, no tienes que tomar atajos para llegar a la cima. Eres mejor que eso."
―Jack Thompson y Margaret Carter[fnt.]

Bajo las órdenes de Vernon Masters, Thompson buscó información confidencial sobre Margaret Carter tratando de hallar algo que ensuciara su carrera. Para esta tarea, él se reunió en Londres, Inglaterra, con Nick Driscoll, un antiguo amigo que trabajaba en el Servicio de Seguridad. Simulado estar ebrio, Thompson pasó una tarde compartiendo con Driscoll y luego salieron del bar para ir a un burdel, momento en el cual Thompson le pidió los documentos que precisaba. Después de que Driscoll entrara al recinto, Thompson leyó los archivos censurados sobre algunos crímenes de guerra de Carter encubrió en la Dirección de Operaciones Especiales, y se marchó.

Con la evidencia necesaria, Thompson volvió a la Hacienda de Howard Stark en Los Ángeles justo a tiempo para ver a Carter, Edwin Jarvis y Daniel Sousa dirigiéndose a lo que parecía ser una misión. Burlándose de los tres, Thompson pidió hablar con ella a solas. Él le entregó a Carter los archivos del Servicio de Seguridad, señalando que ahora él también tenía información contra ella. Para sorpresa de Thompson, Carter señaló que los archivos eran falsos y en lugar de discutir con él por estar coludido con Vernon Masters, lo animó a ser un agente íntegro y capaz de llegar a la cima sin hacer el trabajo sucio de nadie.

Sabiendo que Carter tenía razón sobre él, Thompson fue con Masters y cuestionó la credibilidad del archivo para que no pudieran usarlo, pero éste no lo tomó en cuenta afirmando que el documento era válido sin importar la verdad de su contenido. Acto seguido, Thompson tuvo que salir de la oficina porque Masters tenía una llamada privada. Aprovechando que todos los teléfonos tenían la misma línea, Thompson escuchó la llamada entre Masters y una mujer que le exigió llevarle las barras de uranio que la SSR tenía en custodia a una ubicación establecida. Thompson tomó nota del lugar en el que se reunirían.

Decidido a redimirse, Thompson sorprendió a Masters entrando al laboratorio y le ordenó detenerse, estando listo para sacar su arma. Aunque Masters afirmó lamentar la repentina traición de Thompson, usó el Inhibidor de memoria en él y lo dejó inconsciente, justo antes de robar el uranio y escapar del lugar. Más tarde, Thompson fue encontrado por Carter y Sousa, a quienes les explicó lo que recordaba y les entregó la nota que escribió sobre la junta de Masters con su contacto. Viendo que Carter y Sousa irían por Masters, Thompson se unió a ellos prometiéndoles que ésta vez deseaba hacer lo correcto.[1] </ref>

Ataque en el Desierto de Mojave[]

"¿Qué hacemos?"
"¿Confías en mí?"
"Claro que no."
"Eso me basta."
Daniel Sousa y Jack Thompson[fnt.]

Thompson y compañía viajaron al Desierto de Mojave lo más rápido que pudieron para preparar el Cañón Gamma y cerrar la grieta de Materia cero que Agnes Cully abrió con ayuda de Vernon Masters. Thompson discutió con Daniel Sousa en todo momento el hecho de tener como principal científico a Aloysius Samberly, quien no sabía si el cañón funcionaría. Tras que Margaret Carter y Edwin Jarvis se separaran del equipo llevándose los dos vehículos, Thompson y Sousa calibraron el cañón para dirigir el único disparo que tendrían hacia la grieta. Con todo listo, Thompson le deseó suerte a Sousa y retrocedió antes de que el cañón cerrara el portal exitosamente.[1]

Las horas pasaron y Carter con Jarvis nunca volvieron, causando preocupación en Thompson y Sousa a causa de que estaban en medio del desierto. Ellos descartaron caminar al pueblo más cercano, pues tardarían más de un día y también debían llevarse el cañón. De repente, Thompson vio con sus binoculares a los agentes Vega y Blackwell acercarse en un auto. Cuando Sousa le informó que los dos le eran leales a Masters y que venían a matarlos, Thompson ideó un plan en el que él mismo se haría pasar por víctima, solo para ganar la confianza de los agentes e impedir que Sousa y Samberly fueran ejecutados.

Tal como Sousa lo predijo, Vega y Blackwell venían a matarlos, así que Thompson, simulando haber sido desarmado por Sousa, evidenció su lealtad hacia Masters y le ordenó a los dos meter a Sousa y Samberly en el auto. Para reafirmar su falsa lealtad hacia Masters, Thompson golpeó a Sousa en el estómago, disfrutando el momento aunque no era parte del plan. Al llegar a la Agencia de Talentos Auerbach, Thompson hizo que Sousa y Samberly fueran encerrados y se quedó vigilándolos.[14]

Emboscada en el Edificio de Manejo de Desechos[]

"Planea usar el cañón de Rayos Gamma en usted y regresar al antiguo orden. Pero yo tengo otra idea. Yo le entrego el cañón, junto con Vernon Masters para que haga lo que quiera."
"Por eso se ofreció a venir aquí hoy. Quiere el trabajo de Vernon."
"No. Quiero más."
―Jack Thompson y Agnes Cully[fnt.]

Una vez que Masters llegó, se enteró por Vega de que Thompson había pospuesto el asesinato de Sousa y Samberly. Aunque fue cuestionado por Masters, Thompson le propuso usar el Cañón Gamma en contra de Agnes Cully para matarla y restaurar el orden. Escéptico, Masters consideró el plan de Thompson y le permitió hacer las cosas a su manera. Thompson le prometió que él eliminaría a Sousa si el plan salía mal. Luego, Masters se fue y Thompson liberó a sus colegas, momento en el que Sousa lo reprochó por golpearlo como parte de su actuación.

Después, Carter llegó a la agencia y le dio una golpiza a Masters, así que Thompson intervino para decirle que tanto él como Sousa estaban trabajando juntos. Pese a la desconfianza de ella, Thompson y Sousa la convencieron de trabajar por una sola vez con Masters. Cuando Masters señaló que Cully necesitaba el cañón pronto, Samberly aseguró necesitar otra hora más para modificarlo, así que Thompson se ofreció a reunirse con ella para ganar tiempo. Thompson le ordenó a Samberly transformar el cañón en una bomba de activación remota, ordenándole no decírselo a nadie para que Masters no sospechara.

En el Edificio de Manejo de Desechos, Thompson fue recibido por Cully y Joseph Manfredi. Thompson le coquetó a Cully para fastidiar a Manfredi, lo que hizo que éste prefiriera dejarlos solos y no iniciar una pelea. Siendo amable con Cully, Thompson confesó que el Cañón estaba siendo modificado en al SSR por Masters, quien planeaba usarlo para matarla. Habiendo ganado la confianza de ella, Thompson le ofreció entregarle el Cañón Gamma intacto y también a Masters para ejecutarlo, diciendo que cuando éste muriera él sería el nuevo jefe.

De vuelta en la base, Thompson se armó con el cañón y el detonador modificados por Samberly. Asimismo, él cortó los cables del auto de Sousa. Thompson y Masters partieron a entregarle el cañón a Cully sabiendo que ni Sousa ni Carter podrían seguirlos porque su auto había sido saboteado. Al llegar, Thompson y Masters le enseñaron a Cully las funciones del cañón, con éste último activando la bomba. De repente, Cully sometió a Masters y le agradeció a Thompson haberle advertido la traición de éste último. Cuando Masters preguntó qué pasaba, Thompson reveló que ahora solo él saldría vivo del edificio. Habiendo concretado el acuerdo, Thompson se despidió de Cully y se fue, mientras Masters le suplicaba no abandonarlo.

Apenas alcanzó una distancia segura, Thompson presionó el detonador y nada sucedió. Para consternación suya, sus colegas llegaron a interrumpir su plan. Pese a que Thompson insistió en que la muerte de Cully no le importaríaa nadie, Carter le dijo que Jason Wilkes seguía dentro del edificio.[14] La instalación explotó sin que Thompson hiciera nada y el equipo entró a ver qué sucedió. Para horror de todos, el cañón seguía activo y Cully estaba viva, demostrando su poder al absorber la Materia cero de Wilkes. Todos salieron corriendo, no obstante, Edwin Jarvis llegó con Howard Stark y atropelló a Cully, dejándola inconsciente. Thompson y Sousa abordaron el auto de Samberly y abandonaron el lugar.[15]

Remediando el daño[]

"No soy un científico, pero vine a ayudar."
"¿Qué le parece tomar las órdenes de la cena?"
"¿Sabes qué, Marge? Voy a hacer eso por tí."
―Jack Thompson y Margaret Carter[fnt.]

Thompson ayudó a Daniel Sousa a recuperar el control de la Agencia de Talentos Auerbach y encerró a los agentes que trabajaban en secreto para Vernon Masters. En la noche, el equipo estaba trabajando en la construcción de un Generador de grieta; Thompson, reconociendo ser ignorante en los aspectos científicos de la misión, preguntó si podía ayudar en algo. Para su sorpresa, Margaret Carter le propuso tomar las órdenes de la cena y él aceptó, preguntándole a todos qué querían comer.

En la oficina de Sousa, Thompson encargó la comida y justo antes de colgar el teléfeno, encontró el portafolios de Masters. Al abrirlo, sacó el archivo con el que acusarían a Carter por sus crímenes de guerra y lo apartó para deshacerse de él. Luego, halló un prendedor con una insignia del Club Arena, el cual resultó ser una llave secreta. Thompson se quedó con ambas cosas creyendo que le servirían más adelante.[15]

Destrucción de la grieta de Materia cero[]

"Se verá muy bien en prisión."
"Llévala al auto."
―Jack Thompson y Daniel Sousa[fnt.]

Thompson y sus aliados se dirigieron a Películas Stark para tenderle una trampa a Agnes Cully, en un intento de atraerla mediante un portal creado a base de Materia cero. Tras que el equipo se pusiera de acuerdo y se separara, Thompson y Carter se escondieron en un punto estratégico. Mientras esperaban la llegada de Cully, Thompson le preguntó a Carter qué pensaba de él, pues asumió que ella haría que lo expulsaran de la Reserva Científica Estratégica por su reciente alianza corrupta con Vernon Masters. En lugar de eso, Carter le dijo que los últimos acontecimientos no eran culpa suya totalmente y que Thompson en realidad era un buen hombre. En retribución, Thompson le entregó el prendedor que encontró en el maletín de Masters y le reveló que se trataba de una llave oculta, proponiéndole averiguar en conjunto qué era lo que abría.

Eventualmente, Cully llegó al lugar y su presencia alertó a todos. Howard Stark le disparó a Cully con el Cañón Gamma y la despojó de la Materia cero, dándole a Thompson, Sousa y Carter el tiempo necesario para acercarse a ella y arrestarla. Rápidamente, Thompson le informó a Cully que sería enviada a prisión y le encerró en el auto.

Desafortunadamente, Stark informó que el control del generador no servía y que la única manera de cerrar la grieta era manualmente, arriesgándose a ser succionado por ésta. Aunque Thompson, Stark, Jason Wilkes y Edwin Jarvis se ofrecieron a cerrarla arriesgando sus vidas, no tuvieron la oportunidad de decidir porque Sousa se les adelantó. Como Sousa estaba atado al piso por un cable que se soltó por accidente, Thompson y el resto tuvieron que correr a sujetarlo para que la grieta no lo absorbiera. Poco después, Jarvis fue por el Automóvil volador y lo dirigió a la grieta con un detonador, cerrándola exitosamente.[15]

Dejado para morir[]

"¿Va a tomar más vacaciones? Increíble. Bueno, creo que regresaré solo."
―Jack Thompson a Daniel Sousa[fnt.]

Al día siguiente, Thompson se propuso seguir con su trabajo en Nueva York y empacó su maleta en el hotel mientras hablaba con Sousa por teléfono, solo para enterarse de que Carter se quedaría un tiempo más en Los Ángeles aprovechando sus vacaciones. Él tuvo que cortar la llamada porque alguien estaba tocando la puerta de manera insistente. Asumiendo que las camareras venían a reclamar la habitación, Thompson abrió y un hombre le diparó en el pecho, haciendo que se desmayara. Dicho atacante entró a la habitación, robó el expediente de Carter que Thompson conservaba y se retiró, dejándolo inconsciente para que muriera desangrado.[15]

Habilidades[]

  • Combatiente experto: Thompson logró evadir a Dorothy Underwood cuando trató de desarmarlo, rápidamente contrarrestando sus ataques y golpeándola para dejarla inconsciente.
  • Interrogador: Thompson era el "palo" en el método de interrogación de la zanahoria y palo, el cual constaba en golpear al interrogado hasta sacarle la información necesaria.

Relaciones[]

Familia[]

  • Abuela
  • Padre

Aliados[]

Enemigos[]

Apariciones[]

Apariciones de Jack Thompson

En orden cronológico:

Referencias[]

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