Marvel Cinematic Universe Wiki
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El Almacén de Howard Stark era una instalación donde Howard Stark almacenaba algunos de sus vehículos prototipo.

Historia[]

Bóveda de juguetes[]

Howard Stark conoció a Ida Emke en una subasta de caridad y coqueteó con ella, pasando un fin de semana juntos. Stark la llevó al depósito donde almacenó muchos de sus vehículos prototipo, para impresionarla, incluso se ofreció a volar un avión con ella.

Emke le dijo que había bebido demasiados Martinis para volar un avión, pero Stark aseguró que ella estaría perfectamente segura, dado que tres de los aviones podían volar ellos mismos. Emke continuó seduciéndolo, haciéndole revelar que tenía otra bóveda en su mansión ya que, sin saberlo, Ida Emke era en realidad era una espía soviética que trabajaba para Leviatán y Johann Fennhoff.[1]

Cambio de planes[]

Johann Fennhoff y Dorothy Underwood llegaron al Almacén de Howard Stark con la intención de robar un avión para liberar el Aceite de Medianoche sobre la Ciudad de Nueva York. Un mecánico les advirtió que era una propiedad privada mientras buscaba su arma, pero Underwood le dijo a Fennhoff que ella se encargaría de él.

Underwood se acercó al mecánico como una mujer ingenua mientras Fennhoff esperaba dentro del auto, donde escuchaba la radio mientras la música se interrumpía con un boletín especial de noticias que anunciaba el regreso de Howard Stark como un héroe, y que iba a celebrar una conferencia de prensa en el Ayuntamiento de Nueva York para anunciar un gran avance en el caso de su tecnología robada.

Underwood, quien fácilmente mató al mecánico mientras Fennhoff esperaba, regresó rápidamente al auto, lo que provocó que Fennhoff ingresara al almacén. Sin embargo, Fennhoff le explicó que había surgido una nueva oportunidad para desarrollar su plan, y Underwood se sorprendió de que todo sucediera en tan solo los pocos momentos en que estuvo fuera del auto. Fennhoff le dijo que regresarían a la ciudad ya que sus planes habían cambiado.[1]

Movimiento final de Johann Fennhoff[]

Mayor vergüenza[]

Howard Stark fue retenido como rehén dentro de su propio depósito por Dorothy Underwood y Johann Fennhoff. Underwood golpeó repetidamente a Stark, quien trató de recordar su nombre, pero falló, adivinando que podría ser Lorraine.

Fennhoff saludó a Stark, habiendo oído hablar de su ingenio e inteligencia, lamentando que solo se haya dedicado a crear armas tan horribles como el Aceite de Medianoche. Stark trató de explicar que la sustancia no estaba destinada a ser un arma y que nunca debería haber sido utilizada, pero Fennhoff reconoció que solo existía porque Stark la creó.

Fennhoff le preguntó a Stark si sabía lo que hacía, y Stark reveló lo que vio en Finow después de la supuesta batalla. Fennhoff reveló que estuvo presente en esa batalla, presenciando los efectos del Aceite de Medianoche protegido por una máscara de gas, pero sus camaradas y su propio hermano no tuvieron tanta suerte. Fennhoff tristemente explicó cómo encontró a su hermano salvajemente mutilado, y Stark se disculpó entre lágrimas y diciéndole a Fennhoff, genuinamente, que no tenía idea de cuánto lamentaba ese evento.

Fennhoff reveló cómo Stark se convirtió en su enfoque singular desde ese día y mientras Stark le pidió que lo matara si eso era lo que quería hacer, sintiendo que probablemente se lo merecía y además le pidió que perdonara la vida de personas inocentes. Fennhoff afirmó que no tenía intención de matar a Stark, sino que iba a hacerlo sufrir.

Stark le suplicó a Fennhoff que no lo hiciera, y él le preguntó a Stark si sentía culpa o remordimiento. Stark le aseguró que tenía esos sentimientos, aunque Fennhoff reconoció que alguien como Stark no podía sentir cosas como la amabilidad y la empatía para nublar su visión. Stark afirmó firmemente que no era una mala persona, pero Fennhoff le aseguró que lo era, ya que no había otra forma de lograr tal éxito, por lo cual otros han pagado el precio.

Fennhoff comenzó a hipnotizar a Stark para ser consumido por su culpa, haciéndole concentrarse en creer que había una manera de expiar sus pecados. Fennhoff le dijo a Stark que se concentrara en el momento y el lugar que albergaban la mayor vergüenza de Stark, y comenzó a creer que estaba buscando al Capitán América cuando se perdió en el océano.

Stark tuvo una vívida alucinación donde le informaron que se había captado una señal de la Valquiria y que se había localizado al Capitán. Margaret Carter apareció en su alucinación, pidiéndole que trajera al Capitán América a casa. Fennhoff usó esta alucinación para ordenarle a Stark que piloteara un avión, para hacerlo liberar el Aceite de Medianoche en Times Square.[1]

Deteniendo el ataque[]

Margaret Carter, Edwin Jarvis, Daniel Sousa y Jack Thompson llegaron al Almacén de Howard Stark solo para presenciar cómo Howard Stark partió usando uno de sus aviones, después de haber sido hipnotizado por Johann Fennhoff para desplegar el Aceite de Medianoche sobre la Ciudad de Nueva York.

Sousa mencionó la posibilidad de hablar con Stark, ya que el Jefe Roger Dooley pudo superar la hipnosis de Fennhoff, y Carter le preguntó a Jarvis dónde estaba la sala de radio para contactar a Stark. Sin embargo, en caso de que no pudiera, Carter les dijo a los hombres que necesitaba que uno de ellos pilotara otro avión para derribar a Stark y así evitar que atacara Nueva York.

Sousa y Thompson le dijeron que nunca habían volado aviones antes, pero Jarvis aseguró que lo había hecho. Carter le dijo que no podía pedirle eso, pero Jarvis aseguró que Stark querría que se le impidiera dañar a personas inocentes por cualquier medio posible. Convencido por las razones de Jarvis, Carter ordenó a Sousa y Thompson que ayudaran a Jarvis a despegar.[1]

Vacilación[]

Edwin Jarvis logró abordar uno de los aviones de Howard Stark asistido por Jack Thompson y Daniel Sousa. Sin embargo, Jarvis dudó antes de despegar, y Thompson le recordó que si no se iba en ese momento, sería demasiado tarde.

Jarvis confesó que efectivamente había volado aviones antes, pero nunca había derribado a un hombre. Thompson le recordó que si Margaret Carter lograba encontrar a Johann Fennhoff y hacer que Stark recuperara sus sentidos, no necesitaría dispararle. Jarvis rezó para que Thompson tuviera razón y despegó con su avión para seguir a Stark.[1]

Sala de radio[]

Margaret Carter fue a buscar la sala de radio dentro del almacén, donde Johann Fennhoff y Dorothy Underwood monitoreaban las transmisiones de Howard Stark, quien creía que estaba volando sobre el Ártico en busca del Capitán América.

Carter pudo atrapar a Underwood y Fennhoff por sorpresa, y aunque Underwood quería agarrar el arma que había escondido en su camisa, Carter le dijo que la dejara caer apuntando hacia ella con una escopeta, y ella obedeció cuando Fennhoff asintió con la cabeza.

Carter les ordenó que se alejaran de la radio que estaban usando para contactar a Stark, y Underwood la saludó como si todavía fuera su vecina ingenua, pero aprovechó la oportunidad para desarmar a Carter con una patada y golpearla, comenzando un combate mano a mano el que Underwood consideró muy divertido.[1]

Duelo en el almacén[]

Margaret Carter y Dorothy Underwood continuaron luchando en la sala de radio, con Carter evitando hábilmente el cuchillo de Underwood con un trozo de tela. Carter la agarró del brazo, la golpeó repetidamente en el estómago y comenzó a estrangular a Underwood con la tela para comprar algo de tiempo y le quitó la radio a Johann Fennhoff, quien seguía hablando con Howard Stark mientras las dos mujeres peleaban en la misma habitación.

Carter rápidamente le gritó a Stark, diciendo que lo que estaba viendo no era real, pero Underwood se recuperó rápidamente y arrojó a Carter sobre una pequeña mesa. Underwood agarró un bate de béisbol de una de las paredes y ordenó a Fennhoff que escapara mientras ella peleaba con Carter.

Underwood comenzó a revelar cómo se sintió toda su vida celosa de chicas como Carter, dispuesta a hacer cualquier cosa para ser como ellas, pero ahora, dada su capacitación, podría ser quien quisiera. Underwood comenzó a atacar a Carter con el bate de béisbol, y a pesar de que Carter se defendió, Underwood se impuso a una desarmada Carter, que cayó al suelo mientras Underwood siguió burlándose de ella diciéndole que se convertiría en agente de la Reserva Científica Estratégica.

Underwood afirmó que pensaba que Carter sería mejor, pero esta engañó a Underwood para que rompiera una ventana con el bate de béisbol, y Carter aprovechó la oportunidad para patear a Underwood por la ventana, haciéndola caer al piso inferior sobre uno de los aviones de Stark.

Carter miró por la ventana y vio el cuerpo aparentemente sin vida de Underwood y cubierto de sangre sobre el ala de la Sra. Virginia.[1]

Detención de Johann Fennhoff[]

Margaret Carter contactó a Jack Thompson y Daniel Sousa para informarles que Johann Fennhoff había escapado de la sala de radio, pero que ella no podría perseguirlo porque necesitaba quedarse allí y hablar con Howard Stark.

Thompson le aseguró que lo capturarían, y se separaron para cubrir las puertas delantera y trasera. Thompson advirtió a Sousa que no dejara hablar a Fennhoff, ya que moriría como lo hizo Roger Dooley. Sousa le devolvió la advertencia a Thompson antes de separarse.

Thompson investigó la parte posterior del almacén y escuchó un ruido metálico mientras investigaba. Se acercó al hangar principal, pero cuando examinó una barra de metal en el suelo, Fennhoff lo emboscó y golpeó a Thompson en la espalda, tirándolo al suelo. Sin embargo, cuando Fennhoff estaba a punto de agarrar la escopeta de Thompson, Sousa entró en el hangar y ordenó a Fennhoff que se congelara, y le advirtió que dispararía a menos que Fennhoff se alejara de Thompson.

Fennhoff comenzó a hablar, diciendo que estaba desarmado, y Sousa no dispararía a un hombre desarmado, ya que era un hombre virtuoso, a diferencia de Thompson. Fennhoff trató de hipnotizar a Sousa, hablando con él acerca de cómo la guerra los hirió a todos y diciendo que Sousa no era el hombre que una vez fue. Fennhoff afirmó que había tratado a muchos soldados heridos para ayudarlos a superar su dolor, y lo incitó a concentrarse en su propio dolor.

Fennhoff trató de convencer a Sousa diciendo que sus colegas lo veían como un hombre destrozado y que Carter nunca lo valoraría por el hombre que era, ya que lo único que sentía por él era lástima. Fennhoff le dijo que podían cambiar todo eso si se concentraba, y le ordenó apuntar con su arma a Thompson y apretar el gatillo.

Al ver que Sousa apuntaba con su arma a Thompson cuando Fennhoff lo apuntaba con la mano, Thompson trató de convencer a Sousa de que no lo escuchara. Sousa continuó acercándose a ellos, esta vez señalando a Thompson, pero cuando llegó a Fennhoff, Sousa lo golpeó con la parte de atrás de su arma, derribándole.

Sousa se quitó dos trozos de algodón de las orejas y le preguntó a Thompson si Fennhoff dijo algo, y ambos hombres comenzaron a reír por la forma en que Sousa logró engañar a Fennhoff.[1]

Redenciones[]

Margaret Carter contactó a Howard Stark desde la sala de radio, para convencerlo de que lo que estaba viendo era una alucinación que Johann Fennhoff puso en su mente, para hacerle creer que iba a rescatar al Capitán América. Carter trató de explicarle que Fennhoff quería hacer que Stark desplegara el Aceite de Medianoche sobre civiles, pero Stark desestimó sus afirmaciones, creyendo que estaba volando sobre el Ártico y no vió civiles allí.

Carter le rogó a Stark que regresara, pero Stark sintió que Fennhoff realmente lo ayudó, ya que le mostró cómo traer de vuelta al Capitán América. Carter comenzó a llorar pidiendole a Stark que diera la vuelta al avión comentándole que la situación le recordó la última vez que habló con Steven Rogers. Sin embargo, él afirmó que no podía hacer eso.

Edwin Jarvis contactó a Carter para informarle que tenía el avión de Stark en la mira y que estaban a solo una milla de la tierra, por lo que solicitó permiso para derribar a Stark. Carter estaba llorando y no respondió, pero como Jarvis insistió, ella le dijo que necesitaba más tiempo para convencer a Stark. Jarvis le dijo que no tenían más tiempo, pero Carter le ordenó a Jarvis que no disparara hasta que ella se lo dijera.

Carter volvió a hablar para decirle a Stark que Rogers había muerto un año antes, a pesar de que Stark afirmó que lo había encontrado y que podía arreglarlo todo. Stark explicó cómo había creado la destrucción toda su vida, pero el Proyecto Renacimiento, o más exactamente, Rogers, fue lo único que hizo que trajo el bien al mundo.

Con la voz quebrada, Carter dijo que sabía cuánto Stark se preocupaba por Rogers, tal como lo amaba, pero lo que estaba haciendo no lo traería de vuelta; en cambio, la haría perderle a él, la única persona que creía en ella, y tampoco podía permitirse el lujo de perderle.

Carter le dijo que Rogers se había ido, y todos ellos tuvieron que seguir adelante y dejarlo, a pesar de que parezca imposible. Después de un momento de silencio, Stark recuperó el sentido con las llorosas palabras de Carter, diciéndole lo bueno que era Rogers, y se dio cuenta de que estaba en un avión volando a Manhattan, pidiéndole que explicara todo una vez que aterrizara.

Carter contactó a Jarvis para informarle que Stark había recuperado sus sentidos, y este se sintió muy aliviado por no tener que derribarlo. Jarvis le dijo a Carter que le informara a Stark que lo siguiera, ya que lo llevaría a casa sano y salvo.[1]

Secuelas[]

Margaret Carter descendió al hangar para revisar el cuerpo de Dorothy Underwood, pero descubrió que había escapado a pesar de las heridas que sufrió por su caída, dejando un rastro de sangre. Mientras tanto, Daniel Sousa y Jack Thompson arrestaron a Johann Fennhoff y le impidieron hablar.

Howard Stark y Edwin Jarvis aterrizaron de manera segura en el almacén, y Stark le preguntó a Jarvis si realmente estaba dispuesto a dispararle desde el cielo. Jarvis le explicó que pensaba que era lo que él hubiera querido, pero dejó en claro que bajo ninguna circunstancia quiere que alguien le dispare o lo lastime. Sin embargo, Stark abrazó a Jarvis, diciendo que tenía razón.

Stark se acercó a Carter, diciéndole que le debía otro, pero Carter le dijo que había dejado de contar cuántas cosas le debía, antes de abrazarla. Stark preguntó qué harían con Fennhoff, y ella sugirió ponerlo temporalmente en un baúl hasta encontrar una forma permanente de evitar que hablara.

Jarvis preguntó qué pasó con Underwood, y Carter reveló que ella había escapado, por lo que probablemente la volverían a ver. Stark comenzó a reír, finalmente recordando su nombre como Ida, alegando que su mente era una trampa de acero. Carter y Jarvis miraron a Stark con incredulidad, ya que a pesar de todo lo que le sucedió, todavía estaba pensando en las mujeres.[1]

Referencias[]